Para el ELN lo pactado en segundo punto de la agenda gobierno-Farc, “anticipa el regalo navideño, que tradicionalmente los colombianos le pedimos al Niño Dios”. 

Esta guerrilla señala que es positivo para la democracia haber acordado le estatuto para la oposición, participación ciudadana democrática, garantías para la protesta y la movilización, medios de comunicación comunitarios, consejos para la reconciliación y la convivencia, veeduría ciudadana y observatorios de transparencia, participación ciudadana en los planes de desarrollo, facilidades para la constitución de nuevos partidos, revisión de la organización y el régimen electoral, Circunscripciones de paz, entre otros. 

Sin embargo el ELN dice que “el único problema que tienen estos regalos, es que es una canasta navideña virtual, que requiere del toque de una varita mágica, para convertirla en algo real. El mago, para unos, es la guerrilla, que con su buen comportamiento hace méritos para que a cambio, el régimen se decida a construir democracia en Colombia”. 

Pero consideran que los sectores dominantes son los que tienen “la varita” y consideran que no han tenido “voluntad política para construir democracia en Colombia. Han tenido el poder y todo el tiempo del mundo –que es la varita mágica- para desarrollarla y no lo han hecho”. 

Para el ELN surgen dos preguntas sobre el futuro de los acuerdos con las Farc, “nos quedan, sin embargo, dos preguntas, ¿el siguiente gobierno, cualquiera que sea, cumpliría este acuerdo, como una política de Estado? El mismo Santos, ¿concretaría estas promesas de democracia, así no se firme un acuerdo de paz con la guerrilla?”.