Víctimas tienen su primer día en el posconflicto

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
El 9 de abril tiene muchos significados para el país. Ese día, en 1948, mataron a Jorge Eliécer Gaitán y empezó la violencia partidista, pero también muchos analistas dicen que más allá de la muerte del prócer, se desató el conflicto armado en Colombia, el mismo que ha dejado más de 250.000 muertos y que el país está tratando de cerrar.

Por eso ese día se ha convertido, desde la entrada en vigencia de la Ley de Víctimas, en 2011, en el momento ideal para conmemorar la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas. Para ello se realizan en todo el país 73 actividades de reflexión en torno a los afectados por las hostilidades y la responsabilidad que el Estado tiene de repararlos integralmente.

Solo hasta el año pasado, según la Ley, podían incluirse víctimas en el Registro Único, por eso la representante a la Cámara, Clara Rojas, quien también es víctima al haber sido secuestrada por las Farc, reclamó en la Comisión Primera de Cámara que se permitiera el ingreso de más víctimas al registro “para garantizar que más personas accedan a los derechos y beneficios que otorga la ley”.

Y es que muy temprano la cifra de víctimas sobrepasó los planes del Gobierno, que eran llegar a los 4 millones. Hoy más de 8,3 millones de ellas comprueban que no había suficiente diagnóstico del conflicto armado, y que la ocurrencia de nuevos hechos aumentarán aún más el registro. Solo en 2016 ocurrieron hechos que dejaron 64.789 víctimas nuevas y en 2017 van 115.

LA ESPERANZA DE LA PAZ

“Ahora se conmemora el Día en un momento muy especial: estamos hablando de posconflicto, se ha firmado el acuerdo paz, esto da esperanza porque significan menos víctimas y garantías de no repetición”, dijo Jorge Mario Alzate, director de la territorial Antioquia de la Unidad para las Víctimas.

Y es que precisamente esa posibilidad que da la paz se convierte en un reto para los perjudicados por las acciones violentas. Así lo manifestó Diana Gómez, vocera del Movice, en una carta a su padre desaparecido hace 11 años.

“Buscamos verdad y sanción social no por capricho, no repitiendo acríticamente el estribillo de la justicia transicional, sino porque somos conscientes de que son fundamentales para la sanación, el duelo y el Nunca Más”, dice la misiva en la que agrega: “Verdad y memoria son para nosotros cimientos para transformar este país, semillas que, como nosotros, son indispensables para construir esa otra Colombia que se aleja de la que hasta ahora nos ha dado vida desde la muerte”.

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