Las buenas y las malas del ‘impeachment’

SUMINISTRADA – EL NUEVO DÍA
Avanzan las audiencias públicas del proceso de imputación parlamentaria contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien pugna por salir intacto y no perder la reelección en 2020.

El proceso excepcional de destitución contra Donald Trump ha tenido de todo: declaraciones explosivas, testimonios comprometedores, giros inesperados e intensas audiencias públicas contenciosas.

 La investigación, bautizada ‘Ucraniagate’, puesta en marcha por cuarta vez en la historia por el Congreso estadounidense, está centrada en dilucidar en este caso si Trump buscó o no ayudar a Ucrania para obtener beneficios políticos de cara a su reelección en 2020.

En las últimas dos semanas, al menos 17 testigos, entre ellos 12 funcionarios de alto rango y diplomáticos de carrera, han desfilado por el Capitolio para testificar públicamente, a favor o en contra del mandatario estadounidense, quien se defiende calificando el ‘impeachment’ como una “farsa”. 

La atención del país norteamericano está centrada en Washington.  Nadie quiere perderse el gran espectáculo mediático del juicio político a Trump, ya que las ocho cadenas televisivas han transmitido las audiencias públicas en tiempo real. 

El cúmulo de revelaciones conforme avanza el proceso iniciado el pasado 24 de septiembre, ha aumentado la confianza de los demócratas en la solidez del mismo y de que hay posibilidades reales de que un ‘impeachment’ se abra paso en el Congreso, sumado a una opinión pública mayoritariamente a favor de investigar  su presidente.

La Comisión de Inteligencia de la Cámara, presidida por el demócrata Adam Schiff, es la encargada de los interrogatorios y de armar el caso contra Trump. Su informe final estaría listo en diciembre próximo.

Si el Comité Judicial, cuya primera audiencia se celebrará el próximo 4 de diciembre -con expertos legales como testigos-, vota a favor de presentar cargos, se espera que la votación en la Cámara de Representantes tenga lugar en Navidad. Un eventual juicio en el Senado, donde el partido Republicano tiene mayoría, comenzaría en 2020. 

Para que la destitución del presidente se haga efectiva, se necesitaría el apoyo de dos tercios de los senadores, algo improbable en la actualidad. 

Andrés Castro, decano e investigador de la Universidad Piloto de Colombia, considera que el punto central de esta acusación es el tema del soborno con fines políticos con el líder de otro país, es decir el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, para favorecer una ayuda militar con recursos del Estado.

“Y eso está claramente establecido, que es uno de los factores por los cuales puede ser considerado el despido presidencial y que está contemplado en la Constitución de Estados Unidos”, dice.

Asimismo sostiene que lo que hay de fondo en este proceso y es materia de análisis, es qué le conviene más a los Estados Unidos en este momento: definir si lo más importante es  destituir a un presidente, o definitivamente, no destituirlo. 
En su concepto, ese es precisamente el gran dilema de este proceso de ‘impeachment’ .
De alguna manera es el punto de partida para determinar cuál será la posición que va a tener el gobierno de Trump frente a esta situación y  frente a los partidos” (Republicano y Demócrata) que son puestos cara a cara ante esta situación, destaca el investigador universitario.

Advierte en ese sentido, que este es el momento clave para pensar específicamente cómo se está perdiendo la confianza de los demócratas por garantizar que el proceso realmente se lleve como se debería hacer.

 Y en esa medida han surgido dudas en torno al proceso, ya que el Gobierno de EE.UU. ha tratado de dilatarlo con otros temas, se refiere Castro, “y eso ha sido punto detonante para decir que el Gobierno cambió  el punto de vista  sobre el cuál debe centrarse la investigación”.

De acuerdo con Suelen Castiblanco,  investigadora y docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de La Salle, la información que ha salido a la luz pública, como el congelamiento de la ayuda a Ucrania, y cómo se forzó al Gobierno de Zelenski a investigar al hijo de Biden, ha dado mucha munición a los demócratas en contra de Trump.

En esa línea, menciona que ha aumentado la confianza de los demócratas en su conjunto en torno a la idea del ‘impeachment’.

Efectivamente, los testimonios que han surgido, los audios y toda la evidencia que se aportado sobre la intimidación y cómo Trump conocía todo lo que estaba haciendo, han incrementado las probabilidades de que todo el partido Demócrata vote  en bloque a favor del ‘impeachment’, remarca Castiblanco.

Incluso, dice que algunos republicanos están contemplando la idea.

De hecho, la actitud de los congresistas republicanos ha hecho perder la paciencia al propio Trump, quien a finales de octubre les reclamó que dejaran de hablar de las formas y lo defendieran sobre el fondo del asunto.
“Es claro que estamos ante un fenómeno en la política estadounidense que no tiene precedentes desde lo que sucedió con (Richard) Nixon, ni siquiera cuando se votó el impeachment de (Bill) Cinton”, resalta la docente universitaria.
Es algo que, a su juicio, también se evidencia en el discurso de Trump que en las últimas semanas ha estado un poco menos expuesto a los medios de comunicación, lo cual “supondría que está trabajando en su estrategia para conseguir los votos que necesita en el Senado” para no salir de la Presidencia.


Cálculo político

Para Sebastián Bitar, experto en política internacional y profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes, el cálculo político de los demócratas es que si habrá proceso de destitución en Cámara, y el cálculo republicano es hundirlo en Senado, como segundo paso. 

En su opinión, ese sería el desenlace de esta trama ucraniana. Según él, el juicio en términos políticos tiene consecuencias, ya que el  proceso se ve muy viciado por los demócratas, mientras que por su parte Trump está tratando de minar el proceso para restarle credibilidad.

De otro lado, asegura que aunque los demócratas han movido a la opinión pública, es en los distritos o estados donde se juega realmente la reelección. 

 No cabe duda de que los republicanos piensan que hay un costo político implícito para juzgar, condenar o exculpar a Trump, insiste Bitar, quien dice que la pregunta que se plantean los republicanos a estas alturas, es si les conviene respaldarlo o no. 

Geraldine Bustos, politóloga y docente de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad de La Sabana, observa de otra parte, el momento electoral que se está viviendo en Estados Unidos.

Según ella, los demócratas es que tienen una pelea muy dura porque no tienen un candidato fuerte que le haga contrapeso fuerte y como partido estaban buscando una herramienta para ganar un electorado, por lo que deben debilitar la candidatura de Trump para las elecciones del próximo año.  

Reconoce que la apuesta de los demócratas con el juicio político contra Trump es muy arriesgada, en la medida en que deben salir airosos de este proceso para salir fortalecidos con miras a las presidenciales, o correr el riesgo de perder credibilidad ante un electorado en caso tal de que el ‘impeachment’ no prospere.

 

Algunos testimonios demoledores

“El embajador Sondland me dijo que el presidente Trump le había dicho que quería que el presidente Zelensky declarara públicamente que Ucrania investigará a Burisma (empresa donde trabajó Hunter Biden, el hijo de Joe Biden) y la supuesta interferencia ucraniana en las elecciones estadounidenses de 2016”: 
William B. Taylor, actual embajador estadounidense en Ucrania.


“No creí que fuera apropiado exigir que un gobierno extranjero investigue a un ciudadano de Estados Unidos, y estaba preocupado por las implicaciones en el apoyo del Gobierno estadounidense a Ucrania”: 
Aleksander Vindman, teniente general condecorado por su servicio en Iraq  y responsable de Ucrania en el Consejo de Seguridad Nacional.


“Todo el mundo estaba al tanto. No era un secreto... Nosotros seguimos las órdenes del presidente”: 
Gordon Sondland, embajador de EE.UU. ante la Unión Europea.


“Él (Gordon Sondland) estaba implicado en un recado de política doméstica y nosotros estábamos implicados en una política exterior de seguridad nacional, y esas dos cosas comenzaron a divergir... Le dije que esto iba explotar y aquí estamos”: Fiona Hill, exasesora del Consejo de Seguridad Nacional.


“Yo no podía creer, sin embargo, que el Gobierno de Estados Unidos eligiera echar a una embajadora en base, por lo que yo sabía, a acusaciones infundadas y falsas de gente con motivos claramente cuestionables, 
Marie ‘Masha’ Yovanovitch, exembajadora de EE.UU. en Ucrania.

Credito
ÁNGELA CASTRO ARIZA

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