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Los habitantes de la ciudad de Niamey, se las ingeniaron para construir escuelas de paja, en las que los niños puedan aprender, como si se tratara de una estructura en concreto. Pero el material, altamente inflamable, ocasionó una terrible tragedia: un incendio consumió el lugar y a 20 niños que se encontraban en clase.
"Veintiún cabañas se incendiaron. Unos veinte niños quedaron atrapados en el fuego. Los servicios de rescate llegaron rápido y el fuego fue apagado finalmente (...) pero el poder de las llamas era enorme, lo que facilitó el incendio general de los salones de clase y los niños no pudieron salir", dijo el comandante Sidi Mohamed.
Ouhoumoudou Mahamadou, primer ministro de Níger, acudió hasta el lugar de la tragedia y expresó sus condolencias a las familias que perdieron a sus niños.
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