Se abren caminos de participación política para las mujeres en el Tolima

Crédito: SUMINISTRADA/EL NUEVO DÍA-
La Organización de las Naciones Unidas en diferentes informes ha evidenciado que en ninguna sociedad las mujeres disfrutan de las mismas oportunidades que los hombres, más aún cuando se trata de asumir cargos de representación política, pues históricamente se les han atribuido roles culturales y sociales que las relegan a los asuntos privados “del hogar”, y confieren a los hombres la esfera pública.
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Si bien, se ha venido avanzando significativamente en la reducción de brechas de desigualdades entre hombres y mujeres aún persisten múltiples factores que las acentúan, un ejemplo de ello es que según el informe “Nuevos datos sobre las diferencias de género en el mercado laboral de la ONU, el 15% de las mujeres en edad de trabajar en todo el mundo desearía trabajar pero no tiene una ocupación, frente al 10,5% de los hombres”.

En el caso de cargos de elección popular, dice mucho que sólo hasta 1960, Sirima Bandaranaike se convirtió en la primera mujer del mundo elegida para asumir las riendas de la presidencia de su país, Ceilán. Sólo hasta la década de los 90 se empezó a incrementar la posición de mujeres como jefas de Estado en todo el mundo, siendo Latinoamérica protagónico en este sentido, pues países como Nicaragua, Argentina, Panamá, Costa Rica, Chile, Brasil, Bolivia, Ecuador, Honduras, ya han tenido presidentas. 

En el caso de Colombia sólo hasta el 2018 el ejercicio democrático y el sistema de partidos permitió que una mujer fuese Vicepresidenta, siendo Marta Lucía Ramirez la primera en asumir esta dignidad en nuestro país, y Francia Elena Márquez Mina la segunda. 

Las justas democráticas del 2023, afianzaron las desigualdades persistentes, pues de 32 Gobernaciones, sólo 6 serán lideradas por mujeres. En el caso de las alcaldías de ciudades capitales, sólo una será liderada por una mujer. Un dato valioso es que de 251 inscritos/as a las candidaturas de gobernaciones, sólo 46 eran mujeres, lo que demuestra que aún nos queda mucho camino por recorrer para llegar a una paridad. 

En el departamento del Tolima, sin lugar a dudas se tuvo un importante avance, pues fueron electas Gobernadora y Alcaldesa. De esta manera, Adriana Magaly Matiz se convierte en la primera mujer al mando del Tolima, y Johanna Aranda en la segunda de Ibagué. Sin embargo, de 47 municipios, sólo 5 tendrán alcaldesas en el Tolima; en el Concejo Municipal sólo 2 de 19 son mujeres, y en la Asamblea Departamental de 15 integrantes, sólo 2 son mujeres. 

Es de resaltar que han ido surgiendo importantes liderazgos femeninos, que se están consolidando en cargos de adopción de decisiones que orientan el rumbo de sus territorios. Además de las alcaldesas Lucelly Villala, Lucero Castaño, Margoth Morales, Elisabeth Barbosa y María Cifuentes; las concejales Sandra Milena Varón y Silvia Ortiz; y las diputadas Carolina Mora, Estefania Sánchez y Yully Porras, otros importantes cargos a nivel departamental y municipal son liderados por mujeres, la directora de Cortolima Olga Lucía Alfonso Lanine, la Contralora Departamental Carolina Giraldo Velásquez, la Procuradora Departamental Constanza Vargas Sanmiguel, la Contralora Municipal de Ibagué Edna Margarita Murcia Mejía, la directora del  SENA Regional Tolima Martha Ayala Jara, la Directora del ICBF Regional Tolima Nancy García Torres y en el sector educación superior, la Directora de la Universidad Cooperativa de Colombia Sede Ibagué - El Espinal Patricia Izquierdo Hernández, entre otras autoridades de mujeres en entidades públicas y privadas.

En el caso de la Universidad del Tolima, la tercera institución pública más grande del departamento, de 23 cargos directivos, 13 son ocupados por mujeres, demostrando un avance en la consolidación de paridad en el ejercicio de la gobernabilidad y gobernanza institucional. 

Desde luego que existen múltiples análisis sobre el hecho que el Gobierno y el direccionamiento estratégico en el Tolima esté a cargo de estas mujeres, pero es innegable que el posicionamiento de liderazgos femeninos y un comportamiento electoral que las respalda, se constituye en un logro histórico para la región, que podría traer consigo cambios estructurales en la cultura democrática, políticas públicas, acciones sociales con enfoque y conciencia de género, que impulsen la reducción de brechas, para que las mujeres en el Tolima no se vean en la penosa situación de elegir entre el hogar y sus trayectorias profesionales y participación política. 

La experiencia ha demostrado que no necesariamente por tener mandatarias han mejorado las condiciones económicas, sociales y culturales para las mujeres, de ahí la importancia de que el estilo de gobierno de todas estas lideresas logre dar respuesta a las necesidades prácticas y estratégicas de toda la población, pero siendo conscientes de los factores de inequidad de género que se deben superar.  

Estas mandatarias tienen el desafío mayor de demostrar con su ímpetu, sensibilidad, carácter y resultados las excelsas cualidades y capacidades de las mujeres a la hora de liderar cualquier apuesta, pero además de labrar el camino para que las generaciones venideras cuenten con mejores oportunidades y condiciones para superar los obstáculos que predominan en todos los partidos políticos y en la sociedad en general. Tienen el reto de posicionar una paridad y alternabilidad efectiva que aumente la representación institucional y orgánica de las mujeres. 

Credito
ÓMAR MEJÍA PATIÑO

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