Las garantías para que sea una paz duradera

Columnista Invitado

El acuerdo de paz logrado esta semana es histórico para el mundo y es ininteligible que fuerzas ideológicas y políticas, que incluso estén en oposición, lo quieran minimizar, trivializar o desconocer.

Si bien es el inicio de un proceso que arranca en firme por lo que hoy ya está comprometido y tiene cronogramas y aliados internacionales para ser verificado, es un camino que promete por lo concertado y expuesto: sí a verificación de la ONU, sí a entrega y destrucción de las armas y sí a la refrendacion de los acuerdos alejando la constituyente como alternativa, entre las que llaman la atención y sin desconocer que el punto que tiene que ver con la revisión de una nueva política agrícola y participación democrática de los que ya se comprometieron a unirse a la vida civil se va a dar paulatinamente.

El paso que ahora debe darse es que la oposición, en un ejercicio crítico, tenga el derecho de hacer una campaña con sentido de paz exponiendo sus argumentos. Una ley de garantías que otorgue igualdad de acceso a los medios, para que así sea legítima cualquiera que sea la elección en el plebiscito.

Para el análisis de la historia política de América Latina, porque la firma de este inicio de proceso que pone fin a 52 años de guerra trascendió fronteras, quedarán las posiciones anacrónicas de aquellos dirigentes y medios de comunicación que aún y pese a los hechos y la posibilidad de construir una paz imperfecta, pero paz, sigan en el camino de la negación y de la oposición terca y cargada de intereses políticos y económicos.

En la nueva Colombia se necesitan todas para construir una sociedad fuera de dogmas y más plural. Esto significa que la oposición y sus posiciones y modelos de país son valiosas, siempre y cuando vayan en línea con la máxima de la paz y no de la guerra.

Se advierte un escenario nuevo para la participación en política, en el cual la prueba de fuego para la paz es cómo se legitimará o desligitimará el discurso y la comunicación política de los candidatos a los cuerpos colegiados (Cámara y Senado) y las próximas elecciones presidenciales. Además, de cómo será el ejercicio de participación electoral de los que representando las posiciones ideológicas de las Farc se presenten a los comicios que se aproximan.

(*) Docente de la maestría de Comunicación Política de la Universidad Externado de Colombia

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