Preocupante paradoja

Alberto Bejarano Ávila

Ahora cuando se genera un positivo aire de transformación nacional se acentúa en mi espíritu y mi conciencia la preocupación porque la transformación del Tolima no comienza y porque nada indica que pronto pueda iniciar, paradoja que exige porfiar en el examen y la denuncia de los obstáculos que uno cree impiden a los tolimenses empezar una nueva era y, por ello, creo necesario profundizar en tal paradoja, aunque solo sea como ejercicio para reafirmar convicciones que, haciéndolas públicas, en algo aliviaran la desazón, pues no creo que como golondrina solitaria logre ayudar a convencer a quienes en el Tolima arguyen ortodoxias de desarrollo para hacer “esa política” que inexorablemente conduce al subdesarrollo.
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Inicio diciendo que quienes desde hace años seguimos las ideas del presidente Petro, hemos ido entendiendo que es “pensar fuera de la caja” o que es pensamiento disruptivo y como ese pensamiento contrasta y riñe con el anacronismo mental o conceptual que se opone al parto de la nueva Colombia. En discursos de vieja data y ahora en sus alocuciones recientes (posesión, noche del 7 de agosto a su gabinete, Asamblea ANDI) Petro expuso, con excelsa pedagogía la esencia de sus propósitos reales: su filosofía y enfoque del Estado, su compleja (sistémica) visión estructural y estratégica y su convicción en la sinergia (participación) para construir una Colombia equitativa, moderna, prospera e inequívocamente incluyente.

En el futuro próximo Colombia enfrentará una tenaz y peligrosa lucha entre la inteligencia (personal y colectiva) y el pillaje como razón de Estado que tuvo el poder en casi toda la era republicana y, con torpeza cierta, en la era frentenacionalista que no muere y no morirá si en regiones, como la tolimense, la politiquería caduca y la que se autocalifica de progresista, insiste en la mecánica electorera y no construye pensamiento estructurado y organización política que cimente y legitime la aspiración electoral. ¿En el Tolima qué persona o partido, piensa “fuera de la caja” (es disruptiva), tiene filosofía y compleja (sistémica) concepción de región, visión estratégico-estructural del territorio y convicción en la cooperación o sinergia para construir una realidad prospera, moderna, equitativa y esencialmente incluyente?

Hace años fui invitado a un debate radial dizque con ilustres exegetas políticos de esos días, debate del cual me retiré, pues solo se ocupaban de la mecánica electorera y, cuando sugerí que antes de ello planteáremos ideas motoras para transformar al Tolima, fui agredido con groserías e infamias. Si bien poco, aun me invitan a hablar del futuro tolimense (hasta aquí llegaron invitaciones) pero, aunque decentemente, siempre caen en lo mismo y siento que le hacen el feo a mi inamovible posición de que antes de lugares comunes, clichés y apología personalista, debe conversarse primero sobre por qué reconstruir al Tolima y luego si cómo y con quienes. La ética empieza a quebrarse cuándo la ideología descontextualizadas se usa como blablablá para lograr fines personales, pues en política auténticos líderes son aquellos que conciertan ideas trasformadoras y las asumen como indeclinables propósitos de vida.

ALBERTO BEJARANO ÁVILA

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