¿Por qué no explotar nuestro talento?

El folklore es todo aquello que deriva de los saberes, habilidades y talentos propios de la gente, que bien desde un punto de vista económico, se nos ofrece como un rico filón inexplotado hacia el que debemos orientar todos nuestros esfuerzos.

El folclore o folclor, o con la letra k incluida, folklore o folklor, es nombre que deviene del inglés “folk”, que significa pueblo y “lore”, acervo, tradición o conjunto de saberes o conocimientos populares que se sintetiza en la “expresión de la cultura de un pueblo”: su artesanía, sus bailes y danzas, sus cuentos, mitos, supersticiones y leyendas y demás tradiciones comunes a ese grupo concreto de población.

Es decir, todo aquello que deriva de los saberes, habilidades y talentos propios de la gente, que bien mirado desde un punto de vista económico, se nos ofrece como un rico filón inexplotado hacia el cual debemos orientar todos nuestros esfuerzos, esperando obtener gran provecho de ello.


Tal como años atrás, Adriano Tribín, con providente imaginación lo concibió: como extraordinaria opción de desarrollo que debiera capitalizarse en nuestro favor, creando para ello el Festival Folclórico Colombiano, pero no como un único evento y una realización carnestoléndica anual, sino como un elemento catalizador que favoreciera toda una suerte de actividades que marcaran la reorientación de nuestra economía, aprovechando las ventajas comparativas que nuestras gentes tenían y siguen teniendo en ese campo.


Lo cual se entiende y ratifica cuando miramos la habilidad y el talento innato de los tolimenses en el campo musical y de la danza, así como la que demuestran en las restantes artes como en la escultura, la pintura, la fotografía y la literatura o en la historia, la poesía, las artesanías, la gastronomía, en la riqueza de sus tradiciones, en síntesis en la proclividad de sus gentes hacia el humanismo.


Cosa que comenzó a hacerse con el Festival Internacional de Coros, un evento que infortunadamente se frustró y se extinguió prematuramente, y que hoy se concreta en otro evento que ha ido ganado en envergadura y postín como el Festival Nacional de la Música, creado originalmente como homenaje al dueto Garzón y Collazos y reconocido actualmente como Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación, convertido en el suceso más relevante de la música andina colombiana y que ya lleva 26 años celebrándose ininterrumpidamente.


Acontecimiento que concita no sólo amantes e intérpretes de la música de los andes colombianos, sino turistas habidos de conocer las costumbres del país en general y del Tolima en concreto, degustar su cultura y compartir con sus gentes, que genera riqueza, mueve económicamente la región y la proyecta allende sus fronteras.


Lo que indica que como ese debiera crearse numerosos eventos que atrajeran turismo a nuestra tierra, comercializar los frutos del talento raizal -artesanías, comidas, obras de arte, grabaciones musicales-, y generar riqueza y empleo, que harta falta nos están haciendo.

Credito
MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME-DOME

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