Encuentro tolimense (II)

Augusto Trujillo

El hilo del ‘Encuentro Tolimense’ -que como lo registró El Nuevo Día, nació hace medio siglo- se ha roto varias veces, la última hace más de una década.
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La ADT Protolima, su presidente César Vicente Botero, su Junta Directiva, su directora Ana María Lopera y demás organizadores del Encuentro del viernes 23, recuperaron con creces aquel hilo y, ahora, nos toca a todos ayudar para que no vuelva a romperse. 

El encuentro debe convertirse en algo sistemático, de realización frecuente, que combine los estímulos al desarrollo agropecuario, comercial y turístico, a la industria cultural y al activo espiritual del Tolima como un proceso integral. 

Ello supone también pensar en el hombre tolimense para que asuma la idea del desarrollo con auténtica dimensión humana. Entre la realización de un encuentro y otro, los sectores vitales de la región deben preocuparse por preparar a los tolimenses para que asuman su identidad con metas claras, con sentido solidario, con propósitos de región

Según entiendo, la ADT Protolima dejó entender que el Encuentro Tolimense de 1996 está entre los mejores hasta ahora realizados. Sobre él publiqué una columna de prensa (26/11/96, diario El Tiempo, Bogotá) en la cual dije que nuestra región tenía buena producción agropecuaria, hoy enriquecida si se tiene en cuenta que el Tolima grande produce la tercera parte del café colombiano. Agregué que la región tenía universidades no solo en Ibagué sino en otras ciudades del departamento y que sus potencialidades hacían necesaria una conciencia de su papel frente al país de la apertura. Visto en forma retrospectiva, a la región no le fue bien en ese aspecto, pero, el país tampoco es el mismo de entonces.

El péndulo de la historia parece regresar anunciando en el corto plazo. No preciso si la Visión Tolima 2025 nació del Encuentro de 1996, pero sí recuerdo que fue producto de una construcción colectiva pensada en términos de desarrollo sostenible, de la disminución de la pobreza y del crecimiento económico con equidad. La región se raja en esas asignaturas.

Es preciso mantener los Encuentros Tolimenses y fortalecer sus trabajos. La agenda regional necesita trascender de los elementos puramente económicos y ocuparse, también y sobre todo, de los factores que relacionen la vida cotidiana de sus hombres y mujeres con la ciencia y la tecnología, con la política como factor de inclusión, con la identidad de una sociedad plural que tiene su propia historia pero que también es producto de migraciones antiguas y recientes.

Es preciso mirarnos, mirando el desarrollo. Asumirlo en términos aptos para lograr progreso material en la región y desarrollo espiritual en sus habitantes. 

Registro con satisfacción de tolimense el hecho de que al noveno encuentro asistieran jóvenes a quienes les ha de lucir en las manos y en la mente la bandera del desarrollo regional. Ojalá logremos interesar a los estudiantes universitarios y a los de los colegios del Tolima para que suscriban la idea de que el desarrollo de una sociedad será lo que sus habitantes quieran. Es la sociedad civil la que debe asumirlo, pues se ha visto que le interesa poco a gobiernos y a dirigentes políticos. Pero, si se dan los pasos debidos, más temprano que tarde se producirá una cordial entente con ellos. 

 

AUGUSTO TRUJILLO MUÑOZ

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