José María Melo

Sostiene Augusto Trujillo, que la tolimensidad , -así, en toda su inmensidad - ha sido una construcción regional permanente, sobre todo en el tejido espiritual. Que probablemente no hay un solo Tolima sino varios: uno en el norte, otro en el sur, uno allá en la cordillera, otro por acá en el llano. Todos dentro de su diversidad individual.  Igualmente, Augusto Trujillo resalta –a muy buena hora- la grandeza histórica de tolimenses ilustres como el presidente Manuel Murillo Toro, José María Rojas Garrido, Darío Echandía, Pedro J. Sanchez, Silva y Villalba, y también destaca vivamente como parte entrañable de nuestra región: el arroz del llano, el café de la montaña, el Bunde Tolimense, el Deportes Tolima. 

En este sentido, y coherente con el planteamiento ya enunciado por Augusto Trujillo, resulta necesario en honor a la historia regional y nacional, resaltar en esta pléyade de tolimenses ilustres, un paisano nuestro nacido en Chaparral y que algunos historiadores  hablan de esporádicas estadías por los lados de la siempre serena e idílica Plaza de Bolívar de Ibagué. 

Nos referimos, nada más ni nada menos, que a nuestro paisano chaparraluno General José María Melo –José María Dionisio Melo y Ortiz- Presidente de Colombia en 1854, y quien a sus 59 años en la madrugada del 1 de junio de 1860, sin juicio jurídico legal alguno, muriera fusilado en México, en la Hacienda Juncaná ubicada en Chiapas, combatiendo al lado del “Benemérito de las Américas”, Benito Juárez, abogado y político mexicano de origen indígena, Presidente de México en varias ocasiones, y autor de algunos sabios y célebres aforismos dentro de los cuales se encuentra uno de especial vigencia actual para Colombia: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Sea ésta la ocasión para  reiterar, que dos de las más importantes biografías y estudios integrales relacionados con la vida y obra de José María Melo, lo constituyen los documentos académicos realizados por Gustavo Vargas Martínez, (José María Melo: los artesanos y el socialismo) y por nuestro querido y admirado compañero de siempre, Darío Ortiz Vidales en su obra “José María Melo, la razón de un rebelde (1961)”.

Gracias a nuestro inefable Maestro Augusto Trujillo Muñoz, por esta oportunidad de recordar  nuestro pasado, y sobre todo por avizorar optimistas, desde nuestra tolimensidad, un futuro mejor para nuestra patria.