El plan para no volver a clases

César Picón

Conocí unos videos en los que una profesora del colegio INEM le muestra a los padres de familia del grado en que es orientadora, las deficiencias de las instalaciones del colegio y específicamente del aula donde recibirían clases sus hijos. La docente expresa frases como que “el gobierno no ha dotado de lavamanos ni ningún punto de desinfección”, “por ninguna parte la Institución se ve adecuada para recibir los chicos”, al tiempo que muestra un aula de clase empolvada, desordenada y con excremento de pájaros.

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Con metro en mano, se le ve haciendo una medición del área del salón de clases, concluyendo que de mantener el distanciamiento reglamentario apenas habría espacio para unos pocos estudiantes. Por otra parte, en el portal tolimense “El Cronista”, el Presidente de Simatol aseguró que el gobierno de Ibagué habría mentido en cuanto que no serian 42 instituciones las que regresarían a la presencialidad, sino apenas 42 sedes y no todos los grupos. Según el dirigente sindical “no hay posibilidades de retorno pleno a la presencialidad, en ninguna institución del Tolima”.

A toda esta novela en la que los únicos perdedores son los niños y niñas que han estado condenados a mas de año y medio de encierro, hay que sumarle que un juzgado de Ibagué falló una tutela interpuesta por el mencionado sindicato en la que ordena una revisión exhaustiva de las condiciones de infraestructura, servicios públicos y protocolos y elementos de bioseguridad, con miras a “amparar el derecho a la salud y el trabajo en condiciones dignas de los docentes”.

Padres de familia me compartieron que vía redes sociales o en las reuniones virtuales que realizan con los docentes, estos últimos constantemente los desaniman a enviar a sus hijos de manera presencial por las supuestas falencias en términos de bioseguridad. También han puesto a rondar comentarios como que las clases presenciales solo serán para “despejar dudas” o que a los estudiantes que asistan se les exigirá mas que a los de virtualidad. Tal vez sean comentarios sueltos, pero eso hace mella.

No cabe duda que hay un plan orquestado para torpedear el regreso a clases presenciales, impulsado y liderado por los sindicatos de maestros del país e instrumentalizado a través de algunos docentes que, en lugar de colaborar y coordinar con el Gobierno y la comunidad para resolver las deficiencias que persisten en las instituciones, se han dedicado a desalentar a los padres de familia con acciones como las descritas arriba.

Para hacer justicia, hay que decir que muchos (quizá la mayoría) maestros e instituciones no han entrado en ese juego y por el contrario abrieron sus puertas a los estudiantes y con creatividad y solidaridad han logrado superar las dificultades que han encontrado en el camino. El Gobierno de Ibagué no puede seguir dando papaya para que los sindicatos amantes de la virtualidad sigan manipulando el retorno a la presencialidad. Debe asumir con rigor el liderazgo que le corresponde: garantizar el cumplimiento de los protocolos, informar con claridad cuales instituciones son idóneas para recibir estudiantes, reconocer las que no cumplen y concertar con la comunidad educativa planes de contingencia para que nadie se quede atrás. Cuando se trata de los derechos de los niños, no debe dudarse ni un segundo en salir en su defensa.

CESAR PICÓN

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