Parte de tranquilidad

César Picón

La opulenta manifestación política del partido Conservador ocurrida el viernes pasado en la plaza Manuel Murillo Toro, puso a más de uno a preguntarse de dónde habría salido la plata para pagar esa impresionante logística: cientos de buses y chivas, incontables prendas azules, comida y muchos otros gastos onerosos. Algunos la calcularon en mil millones.
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Esa inquietud incluso trasciende lo de ese evento. ¿Cuánto ha costado la publicidad del candidato al Senado Óscar Barreto y sus ‘pupilos’ a la Cámara que rebasa por muchas veces la de sus competidores, las reuniones por doquier con montajes tipo concierto (hangares, pantallas, sonido profesional) y toda la serie de apoyos de líderes y políticos de toda estirpe?.

Pues parece que no mucho. Aquí va un parte de tranquilidad. Contrario a lo que cualquiera pudiera suponer, la campaña de Óscar Barreto está lejos siquiera de acercarse al tope de gastos fijado por el Consejo Nacional Electoral, que para esta elección está en $3 mil millones.

El reporte de gastos hasta la fecha apenas asciende a 492 millones de pesos, casi todos (94%) invertidos en propaganda electoral. En actos públicos ha gastado menos de $5 millones, supuestamente ha hecho solo dos eventos: uno en El Tereque en Ibagué y otro en Neiva. Eso sí, Óscar ha invertido casi el doble que su pariente Miguel Ángel, quien apenas lleva reportados $253 millones en gastos de campaña.

Por su parte, los candidatos a la Cámara  por el partido azul están todavía mas ahorrativos. Entre los seis candidatos conservadores apenas han reportado $126 millones de pesos en gastos de campaña. La que mas ha invertido es Delcy Isaza (50 millones) y hay dos candidatas (Martha y María Nancy) que no le han metido ni un peso a la campaña. Eso es mucha modestia si se tiene en cuenta que toda la lista tiene un tope de gastos de hasta 5.600 millones de pesos.

Volviendo a los apoteósicos eventos públicos del partido Conservador, todo indica que han salido casi que gratis. Como se dijo, Óscar Barreto ha gastado menos de $5 millones en ello y de los seis candidatos a la Cámara el único gasto que aparece reportado para actos públicos es uno de Luz Nelly Arbeláez que pagó 250 almuerzos en Mi Botecito, ¿entonces quién paga y de donde salen los recursos de los magnánimos eventos que realizan a diario en los municipios y los barrios de Ibagué? ¿Por qué no aparecen reportados? Seguro no es el “espíritu santo”, así en esa lista vaya el altísimo.

Las cifras y datos anteriores corresponden a lo reportado hasta el momento por cada candidato al Consejo Nacional Electoral. Si bien es cierto que en cualquier momento pueden actualizar los gastos de campaña, por ahora existe una evidente incongruencia entre la suntuosidad y derroche que el público ha podido notar en las campañas conservadoras y los gastos en los que dicen haber incurrido los candidatos de ese partido.

En Colombia nunca ha existido un verdadero control sobre los recursos que se invierten en las campañas políticas, lo que permite contiendas electorales extremadamente desiguales.

Queda apelar a la conciencia de los ciudadanos que deben distinguir entre quienes derrochan raudales de dinero en campaña que quien sabe de donde sale y seguro pretenden llegar a recuperarlo, y quienes con esfuerzo y sacrificio, pero con muchas ideas de cambio, tratan de ganarse un espacio en nuestra trastornada democracia.

César Picón.

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