En nombre de los nadies

César Picón

“Sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte […]. Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada, los ningunos, los ninguneados [...]. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata”.
PUBLICIDAD

Este poema de Eduardo Galeano, inspiró a nuestra candidata vicepresidencial, Francia Márquez, para que sentenciara de manera certera de que se trata la apuesta de Petro para transformar a Colombia.

Si alguien necesita que llegue un gobierno que inicie una senda de cambios y reformas profundas, son los nadies. Colombia es un país de millones de nadies. Millones que no pueden comer tres veces al día, ni dos, muchos, ni una. Millones de niños y niñas que nacen en hogares privados de todo, sin techo digno, agua potable, ni alimento suficiente para ser alguien; generaciones del no futuro.

Nadies que trabajaron toda su vida en la informalidad, muchos ayudando a construir grandes riquezas para los que sí son alguien, pero que al final de su existencia no lograron siquiera tener un ahorro ni mucho menos una pensión para poder envejecer dignamente.

Nadias que han vivido en una sociedad machista que les ha negado oportunidades de ser alguien en la política, en la economía y en la sociedad; millones que han sido relegadas a los trabajos domésticos y al cuidado de niños y ancianos, sin ningún tipo de remuneración, ni oportunidad ni tiempo para formarse y dedicar su vida a otras tareas o trabajos si así lo desearan, ni mucho menos a obtener un derecho de pensionarse.

Decenas de miles de nadies negros e indígenas, acosados por la guerra despiadada entre quienes matan a diestra y siniestra por hacerse al control de los territorios para ejercer a sus anchas el narcotráfico, la minería ilegal y la explotación criminal de otros recursos naturales. Que, incluso, han visto como algunos han querido continuar la tradición esclavista y marginarlos del resto de la sociedad: la senadora que quiso dividir el Cauca en dos, uno para los indígenas y otro para los mestizos.

Millones de nadies y nadias campesinos, pobres, sin tierra, sin vías, sin internet, sin como vivir dignamente. A los que les robaron las tierras la guerrilla o los paras, los narcos, los políticos y notarios bandidos, las empresas extractivas, todo el que se le dio la gana y aprovechó la indefensión de los labriegos y la nula oposición del Estado. Y tratan por todos los medios de no devolverla.

Los nadies jóvenes que no han podido ir a la universidad, ni tienen trabajo. Que fueron al paro a exigir derechos y salieron aporreados o gaseados, unos ni salieron. Que necesitan acceder al conocimiento, la tecnología, y una economía vigorosa, con industria y servicios modernos, que ofrezca empleo y oportunidades de emprendimiento.

Y por los millones que murieron tratando de ser alguien, y no lo lograron. Vidas que se apagaron por las balas de la violencia eterna, otras por el hambre y la pobreza.

Por todos ellos y los que faltan. De eso se trata. Volver a Colombia una potencia de la vida.

César Picón.

Comentarios