Autoridad para mejorar la movilidad

César Picón

Hasta ahora pareciera que la ampliación del pico y placa a todo el día no ha tenido ningún efecto. Los atascos se siguen sintiendo en los mismos puntos, a las mismas horas y en los mismos sentidos de siempre. Temprano en la mañana y después de la 1:30 de la tarde todos parecieran ir hacia el centro, al medio día y al final de la tarde todos para abajo.
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Está claro que la ciudad necesita mejorar su infraestructura vial, que no crece ni se moderniza hace décadas. También requiere la implementación de un sistema de transporte público eficiente, cómodo y adecuadamente controlado, para que en algún momento se convierta en el transporte preferido por los ciudadanos. Pero mientras se cumple ese ideal, deben llevarse a cabo acciones concretas, medibles y verificables, que permitan aliviar el caos que se ha desatado en Ibagué. Hay que ejercer autoridad y liderazgo.

A estas alturas la Secretaría de Movilidad ya debería tener mediciones y conteos que pudieran determinar con exactitud si verdaderamente la modificación al pico y placa funcionó, o no. Determinar que tanto ha promovido la compra de un segundo vehículo. Saber si ha lesionado las ventas del comercio como en algún momento lo temió Fenalco. Conocer qué tanta satisfacción ha tenido en los ciudadanos la implementación de esa medida.

Pero no todos los trancones son producto del tamaño del flujo vehicular, también por los ‘mal parados’ o mal parqueados. La Administración debe poner mucha atención en la disminución de la capacidad de las vías por cuenta que muchas calles y avenidas fueron tomadas por parqueadero de miles de vehículos, además gratuito (si se implementaran las zonas azules al menos habría recaudo).

Un ejemplo claro es el monumental trancón que se arma por la avenida Mirolindo carril subiendo desde más abajo de la calle 60 hasta la entrada a Versalles: decenas de taxis y particulares esperando clientes o familiares bloquean uno de los dos carriles existentes, el paso se vuelve imposible. Pero también en la zona céntrica y los ejes principales pareciera no haber ningún control sobre las restricciones de horario que existen para el cargue y descargue de mercancías: en plena hora pico se ven camiones subiendo o bajando carga con toda tranquilidad. No se ha visto ninguna acción para contrarrestar esa infracción, ni siquiera campañas de sensibilización.

La Alcaldía había anunciado contraflujos como una medida de choque para aliviar la salida del centro de la ciudad, pero hasta ahora no han iniciado. Esa podría ser una buena medida, estamos en mora de aplicarla.

Mejorar el paso por las intersecciones es una tarea pendiente que se puede lograr con poca inversión. Está visto que cuando los agentes de tránsito regulan los flujos la situación mejora ostensiblemente, luego es lógico pensar que hay que instalar semáforos en las glorietas de la ciudad (Éxito, Mirolindo, calle 60 con Ambalá, entre otras). Mientras eso pasa, disponer guardas permanentes a esa labor.

Por último, sería más que conveniente que la Administración actualice la encuesta origen-destino que permite conocer cómo y para qué se mueve la gente dentro de la ciudad y es el principal instrumento para tomar decisiones en materia de movilidad. La última encuesta se hizo en el 2018. Pasados casi cinco años y con drásticos cambios en los modos de vida de las personas por cuenta de la pandemia, vale la pena hacerlo.

 

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CÉSAR PICÓN

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