El que peca y reza, no empata

César Picón

Ponerle nombres religiosos a las obras publicas no borra los pecados de un alcalde que hasta los últimos días de su mandato mintió a la población sin vergüenza alguna e incumplió la mayoría de sus promesas.
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Como preparando una futura aspiración electoral y usando los recursos públicos para hacerse publicidad política pagada, llenó la ciudad de vallas publicitarias y las redes sociales con anuncios pagados, diciendo con nombre propio que él  “construyó” el panóptico, los colegios de jornada única, los escenarios deportivos, la calle 103 y algunas otras obras. La realidad es bien distinta: el Panóptico quedó prácticamente terminado en la administración anterior e incluso fue inaugurado en ese entonces, esta administración invirtió en adecuar una parte de la zona exterior y dotar el interior, muchos menos recursos en comparación, eso es bien distinto. 

Por los colegios de jornada única el actual alcalde no movió una paja, fue Guillermo Alfonso, hoy Ministro de Salud, que en una gestión histórica para la infraestructura educativa logró traer del gobierno nacional una millonada para financiar las obras en los colegios, todo quedó en ejecución desde la administración anterior en la que se alcanzaron a inaugurar algunos, otros quedaron en construcción, infortunadamente varios colegios aún no han podido ser terminados, así que esto tampoco es gestión del religioso alcalde. 

Decir que construyó la calle 103 también es una gran mentira. El tramo pavimentado por este alcalde apenas representa el 3% de una vía que tendrá que tener más de 5 kilómetros para cumplir su función de comunicar la ciudad desde la avenida Ambalá hasta la zona de expansión y la avenida que sale hacia Bogotá. Con los 45 mil millones de un puente inútil que pretenden construir en la calle 60 con 5 se habría podido avanzar al menos en el 50% de esa vía que si es fundamental para el desarrollo de la ciudad, incluso se podría haber construido el viaducto desde la cima para conectarlo con la zona de expansión.

Si bien es cierto que esta administración construyó de cero algunos escenarios deportivos, de paso se apropió de todas las obras, omitiendo verdades tozudas como que todo el urbanismo del parque deportivo estaba en ejecución cuando ellos llegaron a la administración, así como el de la calle 42, y los otros escenarios que ya estaban terminados.

No hubo Musicable, ni bulevar de la quinta, ni hospital de Picaleña porque aunque lo construyeron esta sin dotación y por ende sin funcionamiento, ni mega jardines, ni centro de acopio de productos agropecuarios, en fin, las promesas electoreras quedaron en el aire porque a lo que vinieron fue a otra cosa.

Conviene que la ciudadanía se fije muy bien no solo en las propuestas, que muchas pueden ser engañosas, sino también en el carácter, la trayectoria y experiencia, la capacidad de trabajo y sobre todo en quienes rodean a los candidatos, eso puede ayudar a formarse una opinión mucho más objetiva para saber por quién depositar la confianza en las urnas.

Irrespetar la Ley, a sus contradictores, a la ciudadanía que creyó en promesas que nunca fueron, es el legado que deja aquel que cree que el que “peca y reza empata”.

César Picón

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