Nuevos retos

César Picón

A su salida hace 4 años, Guillermo Alfonso Jaramillo dejó en marcha un paquete de proyectos que transformarían la ciudad en diferentes ámbitos. En la era Hurtado se culminaron unos, se complementaron otros, algunos quedan en ejecución, y uno que otro sigue a paso lento.
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Hoy puede decirse que se han consolidado buena parte de los proyectos en los que invirtieron esfuerzos los dos anteriores gobiernos: los escenarios deportivos ya quedan casi listos, el acueducto complementario (al menos en las fases más complejas) queda próximo a entrar en operación, el Panóptico ya no es una preocupación, y los colegios de jornada única, con un último empujón, pueden completarse.

Superados esos retos, la ciudad queda lista para embarcarse en nuevos mega proyectos que le permitan dar pasos hacia el futuro. Lo primero es trabajar con vehemencia por consolidar el Sistema Estratégico de Transporte Publico (SETP) que está apenas iniciando. A este gobierno le corresponderá la mayor parte de ejecución de sus componentes, por cuanto conviene acelerar al máximo lo relacionado con la rehabilitación de los corredores principales, la construcción de andenes y paraderos y la modernización de la flota.

Esto debe ser complementario al desarrollo de varios proyectos de infraestructura vial que son indispensables para mitigar el caos en la movilidad de la ciudad, y que no están financiados por el SETP: calle 103, avenida carrera 13, continuación de la doble calzada de la avenida Ambalá desde Progal hasta el Salado, optimización de las glorietas de Mirolindo y Éxito, y el puente de la calle 94 desde la zona de expansión hasta la ciudadela Simón Bolívar, entre otros.

Viene la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial, que podría contribuir a velar por una ciudad compacta que permita concentrar la oferta de servicios y crear nuevas centralidades, de modo que los ciudadanos puedan encontrar todo lo que necesitan (trabajo, oficinas, comercio, etc.) en espacios relativamente cercanos, para así ir dejando la usanza que en las mañanas todos para el centro y en las tardes todos para abajo, colapsando la ciudad pero sobre todo perdiendo tiempo valioso.

Este POT debe poner en valor, pero sobre todo en práctica, la imperiosa necesidad de crear espacio público y mejorar el existente. En una ciudad moderna la gente debe poder caminar tranquilamente sin temerle a los motores, las bicicletas tienen carriles segregados, los parques y plazoletas están disponibles para promover espacios de encuentro, para la recreación el arte y la cultura.

Fundamental es avanzar en la búsqueda de asociaciones publico privadas para que Ibagué pueda convertirse en epicentro de proyectos industriales, comerciales o turísticos, de alto alcance.

Un parque tipo Disney, una gran plataforma logística multimodal, la central de abastos, o cualquier otro proyecto que atraiga inversión y mueva la economía. Ahora que hay un Presidente que está privilegiando la reactivación de los ferrocarriles en Colombia, Ibagué podría sacar algún provecho por su ubicación estratégica. Superar el problema de desempleo pasa por incrementar exponencialmente el producto interno de la ciudad.

Conviene que la Alcaldesa marque desde ya una ruta ambiciosa frente a los proyectos que demanda esta capital. Eso implica no solamente incluir apuestas en el Plan de Desarrollo, sino agilizar las viabilidades técnicas, proyectar modelos innovadores para su financiación, y rodearse de aliados que puedan ayudar a lograrla.

CÉSAR PICÓN

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