A tres meses de las elecciones presidenciales el ambiente se empieza a caldear y se iniciará semana tras semana un escándalo que pretenderá acabar con alguna candidatura. ¡Esto se puede poner bastante feo! Mientras tanto, el ciudadano del común, en medio de la polarización, siempre será el afectado. Existen al menos 10 candidatos presidenciales, donde 5 tienen alguna probabilidad de llegar a la Casa de Nariño. Estos son: Marta Lucía Ramírez, Gustavo Petro, Sergio Fajardo, Iván Duque y Germán Vargas Lleras.
La situación, que para muchos aún no está clara, es evidente para quienes interpretamos la política con responsabilidad, pero también con pragmatismo. La posibilidad de que la Izquierda populista, representada en Gustavo Petro o Sergio Fajardo, en este momento alberga un alto riesgo de ganar la Presidencia, es altísima, según las encuestas. ¡Es realmente preocupante! Y digo riesgo, porque esos dos candidatos, Petro y Fajardo, son débiles ante la masa popular que desorientada solo espera un discurso de lucha de clases contra los ricos y la propiedad privada; las empresas y los empresarios, contra la infraestructura productiva, en fin, contra los mayores factores de estabilidad económica para el país. Muy parecido a Venezuela cuando comenzó la pesadilla de Hugo Chávez.
Los tres candidatos restantes: Marta Lucía, Duque y Vargas Lleras, representan a la derecha, la promoción de la inversión extranjera, el apoyo al emprendimiento y firmeza en la seguridad que hoy se ve flaqueando en nuestros municipios y capitales. En eso coinciden, pero la diferencias entre ellos también son evidentes y por eso voy a explicar por qué votar por Marta Lucía Ramírez. Ella, es la única que no tiene maquinarias partidarias, ni las cantidades de dinero que las soportan. Ella es una candidata independiente y su candidatura proviene directamente de la gente. Hace cuatro años obtuvo dos millones de votos, resultado revelador en esa elección, movido principalmente por la base conservadora.
Ella tiene la mejor hoja de vida en cuanto a formación y amplia trayectoria en el sector público y privado. Los cargos ocupados por Marta Lucía han sido por mérito propio, no por padrinazgos. Su carácter, firmeza, criterio y sensibilidad de madre, son una combinación ideal para gobernar sin contemplaciones ante la ilegalidad, pero con sentido social. Marta Lucía, a pesar de tener más de 30 años de vida pública y privada, no ha protagonizado ningún tipo de escándalo, ni cuestionamientos sobre sus actuaciones.
Esto es serio, por eso no debemos dejarnos seducir por las maquinarias ni por los mesianismos. El país se lo debemos entregar a alguien probado en valores, principios y también con una trayectoria exitosa y limpia. Marta Lucía es excelente gestora de políticas públicas, excelente ejecutora de acciones de Estado y una líder que inspira confianza y respeto. Estando al frente de las fuerzas armadas cuando fue Ministra de Defensa nunca le tembló la voz ante los generales para diseñar y ejecutar la política de seguridad democrática en el gobierno de Álvaro Uribe.
También se dio la pela por la inclusión de las mujeres en los altos rangos de las fuerzas. Hoy tenemos ya varias mujeres con rango de General.
Este 11 de marzo además de la elección para Cámara y Senado, también se decidirá quién será el candidato de la derecha, se debe pedir el tarjetón. Mi invitación es a pedir el tarjetón de la Gran Consulta por Colombia y votar por Ella, Marta Lucía Ramírez. No con la aspiración de que gane una mujer, sino, con la aspiración de gane la mejor.
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