En el Foro Económico Mundial, WEF, se pronosticó que en el 2035 el 40 % de los trabajos del mundo serían realizados por algún sistema basado en inteligencia artificial.
Aunado a los avances de la inteligencia artificial, está la razón fundamental para seguir promoviendo las tecnologías que ayuden a los seres humanos a solucionar sus conflictos de una manera más rápida, menos costosa y menos subjetiva.
Según la Organización de Naciones Unidas, 4000 millones de personas en el mundo no acceden a la justicia para solucionar sus conflictos, específicamente por los costos que implica demandar y por la demora en los fallos judiciales.
Ojo por ojo, diente por diente es la ley que aún está vigente. El Ministerio de Justicia de Colombia afirma que tres de cada 10 personas acuden a la venganza como medio de solución de sus conflictos.
Entre 190 países, Colombia ocupó el puesto 177 en la efectividad de solución de los procesos judiciales.
De acuerdo con el Banco Mundial, la justicia es muy costosa. El acceso a la justicia le cuesta al demandante aproximadamente el 43% del valor que está reclamando.
Las razones para que la inteligencia artificial entre a cubrir las necesidades de justicia pronta y eficaz son: la utilización inadecuada del derecho al debido proceso; el irrespeto a las instituciones y a sus funcionarios, promovida muchas veces por los líderes políticos, la impunidad, la corrupción, la politización, y la falta de transparencia, sumado al desprestigio de las altas cortes.
Colombia no se ha quedado atrás. La Superintendencia de Sociedades, en el 2018 implementó el Siarelis (Sistema con bases de Inteligencia Artificial para la Resolución de Litigios Societarios), el primer robot asistente, convirtiéndose en el primer juzgado en América Latina en tener esta tecnología.
¿Qué pasaría si una decisión judicial fuera cuestión de horas? ¿Qué ocurriría si una consulta jurídica fuera resuelta por un robot? ¿Con una aplicación tecnológica, podría saber cuánto vale una extremidad de mi cuerpo en el mundo de la indemnización de perjuicios? ¿Podría presentar una demanda usando mi teléfono? ¿Existirán los tribunales virtuales? ¿Tendremos un mundo sin abogados?
sergio.arenas@arenasochoa.com
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