Latinoamérica es la región que en un futuro próximo se convertirá en la despensa de alimentos para la humanidad, lo que significa que los ojos y la esperanza del mundo estarán puestos en nuestro continente.
Esta es una región que ha pagado un precio muy alto a causa del colonialismo. El hecho de haber sido parte de dicho modelo frenó nuestro desarrollo. Eso se ve reflejado en temas como la desigualdad, la pobreza, la violencia, los bajos indicadores en educación, la baja producción per cápita, la baja división de la mano de obra y las economías dependientes de los hidrocarburos en pleno siglo XXI.
Los latinoamericanos hoy envejecemos cada vez más y a una velocidad que ningún continente en la historia haya experimentado. Hoy, el 11 % de la población de Sudamérica y el Caribe son mayores de 60 años. Sin embargo, se espera que para el 2030 esta cifra aumente al 17 %, mientras que para el 2050 una de cada 4 personas será mayor de 60 años.
El cambio climático, la extinción masiva de flora y fauna, así como la contaminación del agua y el aire, nos obligan a vivir el aumento de la temperatura global más alto de la historia de la humanidad. El clima ha aumentado 1.5 °C y estamos tan solo a 0.5 °C de sufrir la peor catástrofe: derretimiento de las capas de hielo y aumento de 8 metros en el nivel de los océanos.
Esto hace que la geopolítica enfoque sus miradas hacia nuestro continente, y los cambios acelerados que tiene nuestro planeta se suman para convertirnos como la esperanza del mundo.
Nuestras tierras, nuestras aguas y nuestra biodiversidad son únicas en el globo terráqueo. Pero necesitamos estar preparados para lo que se viene, necesitamos sistemas agroalimentarios sostenibles, una gobernanza ambiental con instituciones inclusivas que nos lleve a descarbonizar la economía de la región y orientarnos hacia el eco desarrollo.
También es necesario adquirir una conciencia pública que conlleve al cumplimiento de los 17 objetivos de desarrollo sostenible.
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