La música, aquí y ahora

Columnista Invitado

Hace algunos días, representantes del sector político y cultural tuvimos la oportunidad de participar, gracias a la invitación del gobernador Ricardo Orozco Valero y del alcalde Andrés Hurtado Barrera, en la Reunión de Instalación del Comité Consultivo para la nominación de Ibagué a la Red de Ciudades Creativas de la Unesco en el campo de la música.
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Se trata de un deseo de muchos tolimenses desde hace varios años porque es obvio que la Ciudad Musical de Colombia cumple con todos los requisitos para ser parte de este espacio de trabajo colaborativo al que ya pertenecen Bogotá, Medellín y Valledupar, y ciudades de otras latitudes como Gante, Bolonia, Hamamatsu, Kingston y Glasgow, por citar algunos ejemplos.

La Red de Ciudades Creativas se creó en 2004 para promover la cooperación hacia y entre las ciudades que identifican la creatividad como factor estratégico de desarrollo urbano sostenible y para posicionar la creatividad y las industrias culturales en el centro de los planes de desarrollo local. Y este parece ser un asunto que el Alcalde de Ibagué tuvo en consideración en el Plan de Desarrollo al plantear que “Ibagué se consolidará como una ciudad con un desarrollo humano sostenible a través del aprovechamiento de sus potencialidades culturales y artísticas”.

En este marco conceptual, uno de los mecanismos propuestos es, en efecto, la incorporación de Ibagué a la Red de Ciudades Creativas, una tarea que está a cargo de la Secretaría de Cultura en cabeza de Greis Cifuentes, y para cuyo cumplimiento, la ciudad debe presentar una candidatura que demuestre su determinación, compromiso y capacidad para contribuir a los objetivos de la Red.

Por esta razón, se inició un proceso de participación mediante el cual se busca establecer un enfoque orientado al futuro: un plan de acción realista, con proyectos, iniciativas y políticas que dinamicen el sector: algo muy importante porque, como bien lo saben los ibaguereños, la música es uno de los pilares de la vida cultural; es parte sustancial de un patrimonio identitario; es reflejo de la diversidad de las expresiones creativas; promueve el desarrollo de habilidades individuales y la cohesión social; y suma, de forma significativa, a la economía creativa.

Estas son razones de peso para que los actores del campo -artistas, investigadores, formadores, empresarios, productores, promotores, gremios y el sector público- aporten, sin resquemores y con entusiasmo, a la construcción colectiva de un sueño que está en mora -pero a punto- de convertirse en realidad.

*Presidenta Ejecutiva de la Fundación Nacional Batuta.

MARÍA CLAUDIA PARIAS DURÁN

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