Visión Ibagué 2025 ¿qué?

Columnista Invitado

Construir la visión e inclusive la Megavisión de un ente territorial desde la teoría es sencillo ya que existen enfoques técnicos, metodologías y herramientas que así lo facilita. Desarrollarla es lo difícil, dado que, entre la población del mismo, existen diversos intereses; los políticos tienen unos, los empresarios y gremios económicos tienen otros, los académicos igualmente otros y los habitantes de a pie que son la mayoría, poco les interesa el futuro de la ciudad donde viven, es una indiferencia total la cual es muy bien aprovechada por quienes aspiran a gobernar. A ello se le suma la poca capacidad de diálogo y concertación entre los diferentes actores, para la muestra un botón, miremos nuestra capital, Ibagué no tiene dolientes.
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Desde hace varios años se viene hablando de la Visión de Ibagué a tal punto que cada vez que se revisa el ejercicio se corre su horizonte de planeación, la última a la que se le dio bombos y platillos fue “Ibagué 2025”, es decir, estamos a dos años de la fecha referencia. Es válido que la Visión se debe revisar, retroalimentar, reconstruir, ajustar. Pero también es cierto que el ejercicio de revisión, retroalimentación, y ajuste requiere que se conozca los logros alcanzados en desarrollo de los diferentes planes de acción establecidos. Y aquí está el detalle, a pesar de las diferentes intenciones aún no se conocen resultados puntuales que respondan a lo planeado. Sin desconocer algunos logros que son el resultado de esfuerzos aislados de empresarios. Es la triste realidad de nuestra ciudad.

Desde hace varias décadas se habla de lograr una ciudad donde la agroindustria, la logística y el turismo sean los pilotes del desarrollo de la ciudad e inclusive del departamento. Hoy 2023 no se observa desarrollos agroindustriales dignos de referenciar, el turismo escasamente ha logrado algunos avances más por el compromiso de los empresarios de este sector que por política de gobierno. Ni que decir de la logística, de lo cual solo existe dos parques, uno cerca a Buenos Aires sin operar y otro llegando a Ibagué resultado de la visión, esfuerzo, tenacidad y capacidad de uno de los empresarios de la ciudad.

Hoy a puertas de las elecciones regionales se vuelven a escuchar discursos que están soportados en buenas intenciones, pero escasean planteamientos que efectivamente muestren no solo el qué, sino el cómo lograr que efectivamente Ibagué alcance un desarrollo integral. Ante este panorama se hace necesario que quienes están aspirando a gobernar la ciudad, presenten a la ciudadanía con claridad y precisión los proyectos que han de constituir el plan de desarrollo que guiara su gestión una vez que estén gobernando. La ciudadanía ibaguereña está cansada de promesas y promesas, por lo tanto, no más buenas intenciones, se hace necesario pasar a las buenas realizaciones. Bienvenidos los debates argumentativos racionales y no emocionales, no es justo que ciudades mucho más jóvenes hoy exhiban mejores desarrollos que la capital de nuestro departamento.

Como tal, se requiere voluntad, seriedad y capacidad de concertación entre los diferentes actores de la ciudad conducente a construir su desarrollo, a partir de planes visionarios estratégicos realizables que tengan continuidad, el desarrollo no tiene color político. Tampoco puede seguir siendo Ibagué el trampolín para cambiar de estrato social y económico a quien la gobierna. Ibaguereños es el momento y la hora de despertar y exigir, no esperemos que la situación sea aún más grave que la que deja un gobierno que poco le importó el desarrollo de la Villa de San Bonifacio de las Lanzas.

FÉLIX RAMÓN TRIANA GAITÁN

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