Como ibaguereño y comandante de la Policía Metropolitana de Ibagué, he tenido la oportunidad de recorrer y estar en muchos lugares de esta hermosa ciudad, observando en algunos momentos de forma impotente los estragos de la indiferencia ciudadana, por lo cual me permito compartir una reflexión desarrollada a través de la “Teoría de las ventanas rotas” realizada por George l. Kelling (Criminólogo estadounidense, profesor de la Universidad Rutgers, investigador de la Universidad de Harvard, autor de numerosos artículos, desarrolló la teoría de las ventanas rotas con James Q. Wilson y Catherine Coles. Fuente: Wikipedia).

Acudo a este argumento, para significar escenarios similares en esta jurisdicción, no con el propósito de realizar un señalamientos, pero sí, con la determinación de invitar a la comunidad en general a no permitir que existan ventanas rotas en nuestra jurisdicción, algunas, entre muchas, para referenciar, serían albergar el abandono en algunos parques y sitios de recreación, consentir el daño a la propiedad pública, monumentos, señales de tránsito, semáforos, permitir la acumulación de basuras en horarios no establecidos, esta acción pronto tendrá más basura acumulada y el mensaje que transmite es la idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas y  de reglas.

Precisamente, es ahí donde se hace necesario desterrar el virus de la indiferencia social, despertar y contemplar las maravillas que existen en esta hermosa región, percatarse que el trabajo mancomunado que viene realizando la Policía Metropolitana de Ibagué, la Administración municipal y algunos gremios, obedece a las necesidades de la comunidad, pero estos beneficios deben ser vigilados y conservados como garante de corresponsabilidad de sus mismos habitantes. 

Destacando particularmente el avance significativo logrado en el sector del San José, donde a través del compromiso de todos se entrega a la comunidad un barrio que reúne las condiciones necesarias para vivir, pero mantener y continuar mejorando este escenario es responsabilidad de sus habitantes, aunado al apoyo de la administración municipal.

No se puede permitir que una escalada de actos de indiferencia, cada vez peores, se vuelva incontenible, desembocando en una violencia irracional, como se observa en algunos sectores de nuestra casa, ciudad que nos alberga a diario y la cual merece consideración y respeto, evitando determinar y/o señalar que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores, hay que anotar que en el ejemplo, si se rompe el vidrio de una ventana en un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás vidrios del edificio. 

Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto no parece importarle a nadie, entonces allí se generará el delito.

Conviene distinguir que a la Policía Metropolitana a través de la estrategia policial para la seguridad ciudadana Corazón Verde y con la implementación del Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes - Pnvcc, si le importa la ciudad y por ello se han dado los resultados de contrarrestar el paradigma de seguridad que estigmatizaba al barrio San José como un 'Bronx', generando acciones preventivas y de control para dejar en buen recaudo a personas que le hacen daño con sus acciones ilícitas a una comunidad. Seguiremos comprometidos con esta tarea en otros lugares de la Metropolitana, mejorando las condiciones de seguridad, pero dejando claro que el compromiso es de todos. 

Dios y Patria.