Cultura de la solidaridad

*Comandante Policía Metropolitana de Ibagué

El marcado espíritu solidario y voluntario de las personas para hacer algo por los demás, aquellas que al surgir un contratiempo están prestas a servir de forma desinteresada, es un comportamiento positivo que se extraña de la vieja data y que requiere ser estimulado, recuperado y practicado con suma urgencia en este país; ¿dónde están los caballeros? Y no son aquellos que de forma morbosa tratan de coquetear y cortejar a las jóvenes en la calle; son aquellos y aquellas que ofrecen su servicio con inmediatez en gestos nobles y sencillos para cualquier persona, convirtiéndose en ángeles protectores del momento.

Bien, pareciera por todo lo anterior, que la solidaridad es uno de los aspectos necesarios en la vida cotidiana y, obviamente, hace parte de las acciones que pueden permear a la comunidad de ser víctimas de la delincuencia; cuántos no han sido testigos y/o tuvieron la oportunidad de evitar una acción ilícita, pero solo optaron por extrapolar una breve frase “Que alguien haga algo; llamen a la policía” o sencillamente desviaron su mirada y continuaron su camino en un gesto de indiferencia total, una triste realidad de temor para reaccionar ante la dificultad de nuestro prójimo, observada y sentida cotidianamente en el entorno donde habitamos.

Es triste llegar a la escena donde se materializó un delito, y observar muchas personas allí presentes, pero en conclusión ninguno vio o escuchó, pero sí están prestos a exigir la pronta acción de las autoridades; es lamentable que aún se presenten obstáculos en algunos lugares para las actividades preventivas y de control de la Policía nacional; evidenciado el pasado domingo, donde un ibaguereño fue víctima de un fleteo, pero la reacción de algunos ciudadanos estuvo dirigida a contribuir en el hurto y favorecer la huida de los delincuentes ante la acción de las patrullas del cuadrante; solidaridad o connivencia con el delito.

A pesar de este evento no hay que perder la fe, aún existen hombres y mujeres con consciencia solidaria, máxime cuando es un deber de cada persona hacer algo para cambiar las cosas, en el entendido de que es mejor plantear alternativas, que seguir siendo simples espectadores a la espera de soluciones; no hay que aguardar una catástrofe para despertar el sentido de la solidaridad, este sentimiento debe ser diario, en todo momento y cada acción positiva que aporte a una sana y tranquila convivencia en esta hermosa región tolimense.

Aplaudo a cada ciudadano que aporta sus acciones solidarias diariamente, como el conductor que respeta el semáforo rojo; el que se detiene antes de pisar la cebra para los peatones; al que no pita innecesariamente; al que ayuda a una persona de la tercera edad o discapacitada a pasar la calle; al que respeta la fila en un banco permitiendo el paso a las damas en estado de gestación; al que respeta el descanso y sueño de sus vecinos; el que evita arrojar basura a la calle, entre otros, y, obviamente, al que contribuye a la seguridad ciudadana evitando que sus coterráneos sean ultimados por la acción de un delincuente, y no debe ser el deseo de uno, debe ser de todos, pues la solidaridad con los demás no está ahí para esperarla, sino para ejercerla, practicarla y multiplicarla. Ser solidario es muy fácil y no cuesta dinero; anímese a ser más solidario con sus semejantes. DIOS Y PATRIA.

Credito
OSCAR ANTONIO GÓMEZ HEREDIA

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