Ahora el turno para los pensionados

Eduardo Durán

El gobierno, los sindicatos y los empresarios celebraron el acuerdo para el incremento del salario mínimo, en un porcentaje mucho más allá de la inflación y que representa un alza nominal de un 10.4%, la mayor registrada en el presente siglo, y la más alta en casi 50 años.
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Un avance sin duda, que tendrá que conjugarse ahora con el tema de la devaluación del peso, pues si la moneda se sigue depreciando en la velocidad en que lo está haciendo, ese incremento perderá su significado. Una tarea para el Banco de la República, entidad responsable del tema inflacionario y también del cambiario, pues en materia económica debe garantizarse una armonía en el conjunto de los indicadores, para que estos no vayan a resultar meros espejismos.

Y que ojalá pueda mejorar la situación para todos aquellos que ganan menos del salario mínimo, que según el Dane representan el 46.1% de los 20.16 millones de ocupados que existen en Colombia, pues ellos tienen muy poca capacidad de negociación y de alguna manera hay que estudiar su situación, por el alto volumen que representan.

Y en medio de este logro, bueno es pensar ahora en los pensionados de Colombia, quienes devengan mesadas estrechas que cada vez alcanzan menos para atender sus compromisos de subsistencia, agravados por su condición de salud, que les demanda gastos apremiantes, pues en la medida en que la edad avanza, van apareciendo deterioros que es necesario atender.

Cuando una persona opta por la pensión, ve automáticamente reducido su ingreso en por lo menos un 25%, y eso sin tener en cuenta a todos aquellos que se han pensionado por fondos privados, en donde algunas mesadas pueden llegar a representar menos de la mitad de lo que venían devengando, en medio de un escenario que todavía nadie entiende, lo que significa que el presunto beneficiario quede en condiciones dolorosas de extremo apremio y precariedad.

Si se va a hacer una contribución, hay que pensar en un escenario de carácter general en donde todos queden incluidos, en aras de principios elementales como el de la equidad y la justicia, que llaman también a escenarios de igualdad.

Es muy importante trabajar en objetivos claros para garantizar la dignidad del pensionado, pues resulta ser una persona que le ha entregado toda su vida productiva a una actividad de la cual la sociedad en general se ha beneficiado, y el hecho de encontrarse en edad de retiro forzoso, tiene que estar acompañado de unas garantías que le permitan terminar sus días sin apremios ni cargas dolorosas.

Pensar en el pensionado debe ser un imperativo que encaje dentro del respeto que merecen las personas mayores que lo han entregado todo y que tienen derecho a gozar de la tranquilidad en el otoño de su existencia.

EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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