Remate con tamal

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

*- Grande el oso de la Cancillería Colombiana ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre el problema de límites con Nicaragua (Caso San Andrés). Se tapa con el silencio, el profundo estudio que se hizo sobre el tema en el trabajo titulado: “La sinrazón del retiro de Colombia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya”, escrito por el expresidente de la Corte Constitucional y Profesor Emérito de la Universidad del Rosario Dr. Marco Gerardo Monroy Cabra y cuyo resumen fue publicado por EL NUEVO DÍA (mayo 28/16). Una buena lectura para conocer un poco sobre el tema y comprobar la irresponsabilidad con la cual se manejan ciertos temas de Estado, no solo la paz y la cultura.

*-Dijo Libardo Sarmiento, refiriéndose a Samper el expresidente del 8.000 y hoy representante de Colombia en Unasur y Secretario de dicho organismo: ...en sus manos “la narcodemocracia se hizo evidente en la faz del mundo, el desprestigio de la clase política tocó fondo, la corrupción ganó espacio”.

El tamal: Su autenticidad debería ser algo obligatorio en las fiestas populares de este mes. Retomo parte de un texto escrito en 2014:

“Historiadores, botánicos, expertos en alimentación precolombina e investigadores de la mitología afirman el origen americano del maíz, producto fundamental en la alimentación del amerindio, cuando llegó el conquistador, (Lucia Rojas de Perdomo. Cocina prehispánica y Víctor Manuel Patiño. Culinaria Indígena, entre otros).

Los mexicanos lo utilizaban en la preparación de varios alimentos, principalmente el tamal de varios tamaños y con diferentes ingredientes. Unos envueltos en hojas de platanillo y otros en hojas de mazorca, unos con picante y otros solo con masa, unas veces asado o cocinado. Los Pantágoras del valle del Magdalena ponían la olla con agua al fogón, con varias legumbres silvestres y cuando estaban a medio cocer le echaban unos puñados de harina de maíz y después de un rato sacaban lo cocinado para dejarlo refrescar un poco. Lo comían por la mañana y por la noche y al trabajo llevaban porciones envueltas en hojas anchas. El arroz de origen asiático, no era cultivado por los “descubiertos” para ser robados y esclavizados y su ingreso a la dieta del tolimense es más bien reciente. Su utilización en la preparación del tamal tolimense la justifican diciendo que hace más fácil y menos costosa su preparación.

Algunas personas que elaboran tamales utilizando arroz, le agregan a este aceite del que queda en la lata cuando se saca la lechona del horno, sin lograr el sabor de la masa de maíz. La comercialización, que tanto daño le ha hecho al patrimonio cultural, ha convertido el tamal en un simple elemento de consumo no relacionado con la autenticidad, que es la mejor herramienta para generar turismo.

La elaboración del tamal exige la paciencia y el cariño necesarios para preparar la lechona, la mistela, la chicha, el bizcocho de maíz y el de achira y la alisada del plátano paso. Y es sencillo:

1.-El maíz trillado se deja dos días en agua.

2.-Se escurre el maíz y con el molino bien ajustado se muele procurando que la masa quede fina.

3.-Se agrega agua a la masa removiendo lentamente, luego se cuela y se deja aparte el almidón.

4.-Se pone a cocinar la zanahoria, la carne de cerdo, el tocino y las presas de gallina campesina. Una vez cocinadas se sacan del agua.

5.-El almidón de maíz se agrega a la mitad del agua utilizada en la cocción de las carnes y se deja cocinar hasta que espese para dejarla reposar.

6.-En la otra mitad del agua se cocinan las arvejas.

7.-Se cocinan y se pelan los huevos. Se sacan cuatro rodajas de cada uno.

8.-Se corta la zanahoria en rodajas delgadas.

9.-Se prepara el riogo con cebolla junca bien picada, ajo machacado y sal.

10.-Sobre una hoja de plátano desvenada y soasada se extiende una cucharada grande de masa y encima se coloca arveja, una presa de gallina, un pedazo de gallina, un pedazo de carne de cerdo, uno de tocino, una rodaja de zanahoria, una de huevo y una cucharadita de riogo.

11.-Se toman los extremos de la hoja de plátano presionando para juntarlos y amarrar fuerte con un pedazo de cabuya, dejando una o dos pulgadas de hoja para el moño.

12.-En un recipiente con agua que se tiene sobre el fogón se acomodan los tamales dejando el moño hacia arriba, dejándolos cubiertos por el agua y se tapa el recipiente.

13.-Después de un poco más de dos horas de hervir se retira el recipiente del fogón. A los tamales se les corta el moño para servirlos. Preferible con insulso o arepa delgada de maíz blanco, con chocolate o chucula si es para los abuelos, cuajada y bizcochos de maíz.

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