Suenan tambores de guerra

David Héctor Galeano

Al mejor estilo de algunas tribus indígenas, las extremas derecha estadounidense y colombiana, suenan los tambores de guerra anunciando la posibilidad de intervenir militarmente en Venezuela, con el propósito de derrocar el régimen de Nicolás Maduro.

El escenario no puede ser más dramático para Colombia. Por una parte, una invasión norteamericana con apoyo colombiano, llevaría a aumentar exponencialmente la cifra de migrantes que pasan la línea fronteriza, ya no en busca de nuevas alternativas de subsistencia, sino en calidad de desplazados.

No obstante. que las cifras son muy confusas, se calcula que a la fecha han cruzado la frontera entre seiscientos y ochocientos mil venezolanos, huyendo de una precaria situación económica. En un contexto de guerra, no habría mecanismos legales ni coercitivos para contener el desplazamiento forzado de personas impulsadas por la motivación de vivir y no ser asesinados por las balas de sus militares o de tropas extranjeras.

En el plano del poder militar, el gobierno venezolano todavía tiene tres aviones Sukhoi en plena operatividad, lo que haría prever que antes de ser neutralizados, podrían hacer sustanciales daños a la infraestructura colombiana. El espectro de objetivos es diverso, pero se calcula que arremeterían esencialmente contra la estructura económica; refinerías, puentes, puertos entre otros.

La posibilidad defensiva de Colombia es nula, ya que el país solo cuenta con tres obsoletos Kfir, que por sus características no tendrían la capacidad de contener la arremetida de los aviones de fabricación rusa.

Por último, la imagen de Colombia se volvería a deteriorar, retornando a la época del expresidente Uribe, en la cual nos veían con indignación por el constante menosprecio que el gobierno le daba a las instituciones internacionales y a la solución pacífica de controversias.

En la otra cara de la moneda están los ganadores. Por una parte, el régimen de Nicolás Maduro, se victimizaría abriendo las posibilidades de obtener una salida “digna” y negociada del Palacio de Miraflores.

Por otra, Trump y los extremistas del Tea Party, obtendrían un impulso político para las elecciones de noviembre, ya que muchos votantes de origen latino, sufragarían por los republicanos, debido a ese “interés” por América Latina del desgastado mandatario.

Por último, ganaría la extrema derecha colombiana, ya que el conflicto militar se posicionaría en la palestra pública como prioritario, ocultando los escándalos y procesos legales de toda índole que acechan a varios de sus miembros.

Además, le permitiría al novel presidente Duque, llevar a un segundo plano la notoria ingobernabilidad que se cierne sobre un gobierno que casi dos meses después de posesionado, solo se ha dedicado a defender las contradicciones a sus promesas de campaña electoral y los oprobiosos nombramientos de funcionarios corruptos.

Suenan tambores de guerra….. una guerra a la cual solo irán a pelear los más pobres y desprotegidos, una guerra en que solo ganarán pocos o mejor dicho, los de siempre!

@hgaleanodavid

Analista Internacional

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