Paz Echandiana

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“Volver a pescar de noche” constituye para William Ospina, la frase que puede simbolizar la esperanza actual de convivencia nacional. Esa oración de Darío Echandía, pronunciada en Ibagué, por allá recién pasada la mitad del siglo pasado, recogía una ilusión de paz para los campos tolimenses azotados por otra de nuestras tantas violencias, en esa época, la del funesto bipartidismo liberal y conservador.

Pero, constituía el mismo sueño –el sueño de siempre- de la inmensa mayoría de colombianos, de poder vivir algún día en paz en nuestra patria. Y, era válida para esos años, y según Ospina, acertada para el presente.

La disertación de William Ospina fue hecha hace pocos días dentro de un Conversatorio en el Conservatorio, que dio inicio a las actividades de “Ibagué en Flor”, en momentos en que los diálogos en La Habana sufrían uno de sus tantos y preocupantes remezones coyunturales. La invitación del poeta era la de hacer una interpretación “hermenéutica” –en opita, explicar el texto, sin tantas arandelas de teología, filosofía o filología-- de la frase, palabra por palabra en un ejercicio que él realizó de manera genial, sencilla, admirable y agradable, como acostumbra en su conferencias.

“Volver” parecería significar recobrar algo que teníamos y perdimos. En el caso de Echandía, de una paz que él vivió y disfrutó en su niñez y juventud en el Sur del Tolima. O sea, recobrar y volver a vivir ese idílico tiempo de paz. “Pescar” en sentido integral, significaría trabajar, sinónimo de empleo, de ingresos, de actividades productivas en el campo. Y sobre todo, venerar al río.

Y “noche” que en estos tiempos, tanto en lo urbano como rural, se asemeja con temor a salir de casa, recorrer calles o caminos, y en el caso de Echandía visitar los ríos, disfrutar de las canoas. De esta forma, -presumiendo interpretar al poeta- se explicaría otra de las instancias de paz y convivencia nacional. Esta descripción del ejercicio interpretativo de Ospina, claro está, no recoge la integralidad de su genial argumentación, pero en algo, - creemos - se puede acercar a la visión transmitida en el Conversatorio.

El próximo lunes 13 de octubre se cumplen 117 años de la fecha del natalicio de Darío Echandía Olaya en Chaparral, y obvio, no por ello ese día es festivo nacional. Pero, la fecha amerita recordar su obra y sus enseñanzas. Hace pocas semanas, Alfonso Reyes Alvarado, rector de la Universidad de Ibagué, planteó que en un eventual y esperado fin exitoso del proceso de paz adelantado en La Habana, su firma se realizará en la Casa Echandía, - cuya inauguración se realizará dentro de poco- en reconocimiento al Maestro, pero también al Tolima como histórico territorio de violencia, que clama por una paz duradera. La propuesta recoge nuestra esperanza de paz regional. Y constituye una buena idea, para abordar el posconflicto, construyendo unidos, paso por paso, el desarrollo integral de la región.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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