Homenaje a la mujer

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Aunque el tema obligado para hoy sería otra vez la política, los resultados de las recientes elecciones y sus implicaciones en el futuro que nos espera, ese avispero por ahora es mejor dejarlo quieto, sin ignorar todas sus vicisitudes plagadas, eso sí, de engaño y corrupción.
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A lo largo de la evolución de la especie humana, la constante ha sido la situación de desventaja, de inferioridad de la mujer frente al hombre en todos los roles de la vida, pero también han quedado igualmente resaltadas las incontables luchas que ha tenido que dar en el transcurrir de la historia y en todas las latitudes, para que se le reconozcan y pueda ejercer a plenitud sus derechos en igualdad de condiciones a los hombres.

En Colombia el derecho al voto de la mujer solo se reconoció en 1954, bajo la dictadura de ‘Gurropin’ y fue solo hasta 1957 cuando pudieron acudir a las urnas a depositar su voto. Ese reconocimiento no significó sin embargo que tuvieran plenas posibilidades de llevar la representación en las distintas corporaciones públicas del Estado y que fueran designadas por los gobiernos para ocupar cargos públicos.

Lo logrado hasta ahora ha sido fruto de sus luchas, de su espíritu guerrero que no se amilana ante la adversidad, pero el panorama sigue siendo desalentador. Hasta ahora el cuento de la paridad es solo eso. Y qué no decir de la discriminación y nula incidencia y participación de nuestra  mujer indígena, campesina y afrodescendiente, que vive trabajando para sobrevivir, pero que no cuenta para que se escuche su voz y su visión sobre los problemas de este país y sus soluciones. 

Aunque existe una fecha oficial para celebrar el día de la mujer, todos los días son propicios para hacerles un justo homenaje a quienes nos han dado la vida, las madres de nuestros hijos, nuestras profesoras, hermanas, amigas y compañeras de viaje a lo largo de los años. A todas las mujeres de la tierra con quienes esta sociedad tiene una  enorme deuda pendiente. 

Y para ello hago mías estas palabras: “Te honro mujer por tu trabajo, tu compromiso político. Por tu libertad para vestir, para creer, para rebelarte… por tus derechos reconocidos, por tus propias decisiones… Honro a las mujeres que han hecho el trabajo de gritar, rebelarse, parar, hacer huelga… Ser señaladas, amenazadas, golpeadas.. acribilladas o quemadas. Honro a las mujeres que claman justicia desde la tierra.. Honro a las visionarias inconformes que creen en otro mundo posible... Honro a las madres educadoras que forman hombres para la justicia, el respeto y la ternura. Hoy honro a toda mujer y a todo hombre que se ha involucrado en esa lucha dignificadora de la vida!” Eduardo Botero.

Héctor Manuel Galeano Arbeláez.

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