¿Qué pasa con el agua?

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

En la audiencia pública que se realizó el pasado viernes sobre el agua, se denunció una vez más la grave problemática que padece Ibagué, por cuanto muchas familias que adquirieron vivienda de interés social no tienen servicio de agua potable, o si lo tienen el agua no llega sino dos o tres veces por semana, sin hablar de la calidad. Es lamentable la situación de los barrios Arboleda Campestre, Altos de Miramar, Alminar Samoa y otras dieciocho comunidades.
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Los fuertes reparos de la comunidad de usuarios del servicio vital y de algunos estamentos de control, dejaron muy mal parada a la Alcaldía que Vibra, a las Curadurías, Secretaría de Planeación y Cortolima, pues es evidente que gracias a la inoperancia del estado, que arranca con la expedición por parte de las Curadurías de licencias de construcción para proyectos que no tienen asegurado el suministro de agua, el mal uso de los recursos destinados a la protección de las fuentes hídricas, la politiquería y la corrupción, se están destruyendo y contaminando las fuentes hídricas del territorio.

La situación del río Combeima es de alerta roja, y a su deterioro también han contribuido las malas practicas en la agricultura con la excesiva utilización de químicos. Pero en Ibagué no pasa nada, así estemos acabando con los recursos vitales para el bienestar de las futuras generaciones.

¿Y qué tal las de la babosa? El hombre más ilustrado del país, que pontifica sobre lo divino y lo humano. Sus afirmaciones son dogmas sagrados orientados a encubrir no solo su nefasta gestión como fiscal general, sino los crímenes de lesa humanidad que se le atribuyen a los paracos patrocinadores de la campaña presidencial del duque, su amigazo, que lo ternó para la fiscalía, tal como se atrevió a denunciarlo el periodista Gonzalo Guillen.

Ante la contundencia de las denuncias del periodista, la babosita no vio otro camino que vestirse de jefe de la oposición al gobierno de Petro, con una descarada intervención en política, presentándose como víctima de persecuciones inexistentes, en una actitud irresponsable que lo que hace es atizar los odios en este país que solo conoce la guerra. En la fiscalía hoy se siente el olor a azufre que tenía Luis Camilo Osorio, el fiscal de los paracos, con un arrume de denuncias en su contra durmiendo el sueño de los injustos en la comisión de absoluciones de la cámara, para demostrar que la impunidad es realidad,

¿Qué pasó con la Corporación Festival Folclórico Colombiano?

Dicen que las piscinas olímpicas están listas, pero no dicen para qué.

Juegos de Azar. Golazo del partido liberal del Tolima. La Gata de Ibagué a la Cámara y Marco Emilio Hincapie...?

 

Héctor Galeano Arbelaez

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