El “negocio” de algunas farmacéuticas internacionales

Hugo Patarroyo Murillo

Hace poco más de un año, cuando comenzó el tema de “la pandemia” del “Covid-19”, se inició abiertamente la carrera para elaborar fármacos que, contuvieran esa nueva variable del “Coronavirus”. Y, se define como “abiertamente” porque muy seguramente ya algunos laboratorios de países industrializados, tenían información de lo que le venía “palo arriba” a la salud del mundo.
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Lo otro es que, inexplicablemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), no tuvo “los pantalones” suficientes, para indicar el peligro que acechaba a miles de millones en el globo terráqueo. La “Organización” dio muchos bandazos sobre el asunto: se enfrascaron en los orígenes del contagio, que si fue en la China, que en un mercado, que en la selva, que en una finca, que los murciélagos, que fue un descuido de un laboratorio, etc., etc. Entretanto, el virus, viajó a velocidades meteóricas por el mundo.

Lo cierto es que, a muchas de las compañías farmacéuticas que trabajan con vacunas, los ojos, se les volvieron un par de signos pesos ( $$$$ ), o dólares ( USD ), o euros ( E ).  Se venía el negocio “del siglo” Y... ahí “fue Troya”. La “mass media” del  mundo,  se encargó de repicar. El show se hizo viral. Se hizo público, el cómo se encaminaba  el trabajo de los laboratorios de los grandes países (que la fase 1, que la fase 2, que la fase 3). Apareció la geopolítica del todos contra todos: los norteamericanos contra los ingleses,  los alemanes contra los “gringos” y, los chinos contra el resto. En esa carrera se invirtieron billones de dólares. Había que llegar de primeros. Incluso, prestigiosas Universidades como la de Oxford en Inglaterra, “jugaron” su prestigio en la carrera. Inclusive, una de las vacunas que ha tenido tropiezos se llamó inicialmente, Oxford-Astra Zéneca. Luego, cuando se les “enredó” la piola, le quitaron el Oxford y ahora se llama solamente Astra-Zéneca.

Hace poco más de 10 meses, el científico tolimense Manuel Elkin Patarroyo se preguntaba sobre las vacunas que llegarían a Colombia. Y… dejó sobre el tapete, temas como la seguridad (qué tan segura era, mejor dicho, si no iba a producir daño al que se le aplicaba), inmunogenicidad (capacidad de matar al virus), protectividad (qué tanto tiempo protege al vacunado) y , la duración de la respuesta inmunitaria (cuánto tiempo duraba la inmunidad frente a la enfermedad). Hoy en día, NO HAY RESPUESTAS PRECISAS, sobre estas preguntas. Siempre son réplicas baladíes: que sí, pero que no. Entretanto, las multinacionales venden a los países, para sus habitantes, y a unos precios muy altos, el fármaco que han producido. Realizan estudios para justificar respuestas gaseosas a sus trabajos y,  acordes a sus intereses económicos.  A ver, qué pasa!!!

El tema de la “inmunidad de rebaño”,  (al que le apuntan la gran mayoría de gobiernos, aplicando las vacunas),  es un concepto teórico que consiste en que si se vacuna entre el 60 y el 80 % de una población, se produciría una especie de “cortafuegos” que protegería al resto de los habitantes. Y… ¿sobre las nuevas cepas qué?  ¿La brasileña, la inglesa, la surafricana, la danesa etc., etc.?  Ahí va a estar la respuesta perfecta para enriquecer aún más las farmacéuticas!!!  Las vacunas eran para el SARS-CoV-2, que produce el  Covid-19. No eran para las nuevas cepas de Coronavirus, el “SARS-CoV-3” que producirá el “Covid 20”.  Hay que volver a vacunar.  Más millones ( $$$-USD- Euros) a los bolsillos !!!

HUGO PATARROYO MURILLO

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