Reencuentro

Sentimos la ausencia de las personas que amamos y no pudimos ver, de los compañeros con los que compartíamos en nuestro trabajo y de los amigos carnales alejados por el temor al contagio. Se impuso un distanciamiento físico y el surgimiento de un relacionamiento virtual y remoto que nunca reemplaza la presencialidad. Con la llegada de las vacunas y la inmunización de las personas esto empezó a cambiar. El hartazgo del confinamiento empezó a quedar atrás, poco a poco aparecieron los espacios compartidos necesarios y vitales para las relaciones humanas.

Así se fue generando una dinámica de retorno al trabajo, de compartir entre las familias y luego el regreso a eventos con participación de un número importante de individuos. En este contexto se promovió el reencuentro de personas que en diferentes regiones trabajan por la generación de condiciones de convivencia, reconciliación y paz, se propició un escenario para juntar personas de los programas de desarrollo y paz que tienen presencia en 26 regiones y más de 530 municipios del país.

Con este evento se generó la condición de sentir al otro desde un abrazo, de conversar como se hacía en otros momentos y de comprobar que a pesar de la distancia que impuso la pandemia, los afectos y la apuesta compartida por un mejor país siguen siendo los elementos que los juntan.

Los programas de desarrollo y paz reúnen personas soñadoras, comprometidas, solidarias con el dolor de los menos favorecidos y que promueven en el país la vida digna y querida para los excluidos. Trabajan en procesos sociales que buscan fortalecer las capacidades de los líderes de los territorios afectados por el conflicto armado. Buscan robustecer las organizaciones comunitarias y promover su articulación alrededor de propuestas colectivas que beneficien a todos los habitantes de una región.

El acto propició reencuentros de vida y territorios. Se compartieron experiencias en lo que cada uno hace, conversaron sobre las formas como vienen trabajando con acueductos comunitarios, con víctimas del conflicto armado, los procesos formativos con mujeres rurales, jóvenes campesinos y también con niños, entre otros. Dialogaron sobre institucionalidad para la paz, sobre la implementación del acuerdo firmado entre el gobierno y la exguerrilla de las Farc. Debatieron sobre cooperación internacional para el futuro de la paz en Colombia y de las alianzas que se deben generar para consolidar este propósito.

Los programas de desarrollo y paz merecen mayor apoyo de parte de la institucionalidad pública a nivel nacional y regional. Con más de 20 años algunos, han demostrado que cumplen una importantísima función en generar transformaciones sociales como quedó claro en esta reunión celebrada en la capital del país.

En el Tolima el programa de desarrollo y paz del departamento lo promueve, gestiona y ejecuta Tolipaz. Son más de 18 años de trabajo incansable que le han permitido hacer presencia en 31 de los 47 municipios. De su labor dan cuenta las víctimas, mujeres rurales, jóvenes, productores campesinos y funcionarios públicos entre otros, una obra que tiene la impronta de trabajar con los más pobres buscando generar condiciones de inclusión social. El reencuentro de los programas de desarrollo y paz acerca a dinámicas de muchas regiones donde un grupo de soñadores le apuestan a un mejor país, donde sea posible vivir en paz.