No a la violencia contra la mujer

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Existen suficientes leyes sobre los derechos de  las mujeres  y de sanciones  a todas las formas de violencia y discriminación que bien puede ser  psicológica, sexual, patrimonial, simbólica, acoso u hostigamiento, doméstica, laboral, obstétrica, contra el género femenino.
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Como estamos en tiempos de campaña electoral para elegir integrantes del Congreso Nacional, a ello se agrega el análisis del grado de participación de la mujer en el Senado y la Cámara.

En fin, es un tema de largo alcance que emerge cada vez que ocurren hechos de maltrato, discriminación o exclusión contra la mujer, un ser de alta influencia sobre el desarrollo social y económico del país que no siempre  se reconoce.

El director del Dane, Juan Manuel Oviedo, en entrevista con el diario El Nuevo Día, planteó el hecho de que el desempleo juvenil de Ibagué, año 2021, llegó a la tasa más alta y afecta en mayor grado a las mujeres. El mismo organismo estatal informa que “por cada 100 pesos que recibe un hombre por concepto de ingresos laborales totales, una mujer gana 87,1 pesos”, dato que evidencia la brecha salarial de género.

La gran encuesta Integrada de Hogares de 2019 nos precisa por su parte, que la diferencia entre el salario del hombre y la mujer, está a una distancia del 12.9 por ciento, situación que se agrava ante el hecho de que crece paulatinamente la cifra de mujeres cabeza de hogar.

Pasando al tema las grandes diferencias en la participación de la mujer en los  cargos políticos el Portal ONU MUJERES concluye que “la participación política de las mujeres ha aumentado del 6 al 11 por ciento en los cargos de elección popular, y del 7 al 21 por ciento en las elecciones del Congreso en los últimos 20 años. Sin embargo, es uno de los países de América Latina con la menor representación de las mujeres en la política”.

En las listas de candidatos al senado se ha incorporado un 40 por ciento con mujeres, pero resulta más difícil financiar la elección, y así  no será fácil  alcanzar el 20 por ciento de  mujeres en ejercicio de una curul en esta corporación pública.

Todo lo anterior, hace más repugnante y grotesco que de manera ramplona se haya divulgado un texto contra la candidata al senado Olga Beatriz González, que además de convertirse en un maltrato psicológico, atenta al derecho fundamental al buen nombre, pretende obstaculizar el derecho a participar libremente en elecciones populares, y se constituye en un ataque a la mujer, sin argumentos válidos y mucho menos propios de profesionales que tienen la obligación de utilizar argumentos elaborados y ceñidos a la verdad, porque en este caso la ética de quienes se atrevieron a intentar el escarnio público muy lejano a la verdad, queda en evidencia. 

No se entiende cómo en pleno siglo XXI, cuando transitamos la tercera década del mismo, aún de manera irrespetuosa e irresponsable, se sigue atacando a la mujer; los espacios están abiertos para que todos de manera incluyente tomen decisiones que les permita desarrollar sus proyectos de vida de acuerdo a sus competencias, capacidades e intereses, sin que por ello el ataque visceral se convierta en un equivocado ejemplo.

Invito a estos sujetos a que comprendan desde sus profesiones cómo se define el concepto de crítica, porque aquí se visibilizan como retóricos desconocedores de los límites y los derechos, paradójicamente.

No aceptamos más violencia contra la mujer, repudiamos todo acto o palabra discriminatoria, peyorativa o calumniadora, que se ha vuelto una constante también en época electoral, independientemente de que compartamos o no las ideologías o  propuestas políticas. Todos merecen respeto en este Estado social de derecho,  de otra manera se han quedado en la caverna.  ¡Qué abuso!

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo.

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