El rol de la mujer en el desarrollo

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Me complace leer a quienes han escrito sobre el papel de la mujer en el desarrollo social, cultural y económico del país ya que, con motivo del día Internacional de la mujer, proclamado por la ONU, con lema “Igualdad de género hoy para mañana sostenible”, hay mucho que abordar.
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Se pide que haya equidad de género como algo deseable en torno a lo cual  hay suficiente literatura, al igual que   normas  sobre violencia contra la mujer.

¿Se ha avanzado en el cierre de brechas entre mujeres y hombres para que haya equidad de género?, ¿O todo se ha quedado en investigaciones y prescripciones legales?

Siempre me han inquietado varios temas relacionados con esta crítica situación. La alta tasa de desempleo de la mujer; de las mujeres sin remuneración salarial por ser  “amas de casa”, trabajo intenso que no figura en las estadísticas sobre mercado laboral; de la inequidad salarial de la mujer con relación a los hombres; de la letra invisible en tantas normas que favorecen al género femenino.

Me refiero al desempleo de la mujer que va en decrecimiento en el país, era de 12.6 por ciento en el 2019, antes de la pandemia, pasó a ser del 19.6 por ciento en el año 2020 en plena crisis humanitaria mundial y bajó a 15.6 por ciento en el 2021. 

Pero la brecha entre desempleo entre hombres y mujeres es enorme, 7 puntos porcentuales mayor en la mujer, en el 2021. ¡Qué preocupación tan grave, cuando el porcentaje de madres cabeza de familia sigue en ascenso!

Ibagué, según la nueva metodología de cálculo de la fuerza de trabajo, aplicada por el Dane en el último informe de enero de 2022, deja los primeros lugares de desempleo y ahora está en el decimosegundo entre veintiuna ciudades capitales y sus áreas metropolitanas (13.8 por ciento de desempleo).

Pero me inquieta la definición que hace el Dane de la población “fuera de la fuerza de trabajo”, que excluye a los estudiantes pero también “a “personas dedicadas a oficios de hogar”, poniendo esto en contexto, es ubicar a las amas de casa como si el trabajo de la mujer en el hogar no fuera una actividad productiva y no amerita ser remunerada. 

Dice el DANE al definir la población fuera de la fuerza de trabajo: “no participan en la producción de bienes y servicios porque no lo necesitan, no pueden o no están interesadas en tener una actividad remunerada”. ¡Esto es de no creer!

Es inaudito y discriminatorio cuanto se plantea sobre el ámbito laboral de la mujer ama de casa e incluso, cabeza de familia.

Es una imperiosa necesidad la educación, la formación de las niñas y las mujeres, solo así se podrá contar otra historia de vida para ellas y para sus familias.

Mi reconocimiento a cada una, por este y todos los días en los que se hace la diferencia.

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo.

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