Reflexiones sobre educación en tiempos del Covid-19

Jaime Eduardo Reyes

Con el Covid-19 los antiguos problemas se amplificarán, entre ellos, baja cobertura educativa en preescolar, disminución de matrícula en todos los niveles, baja cobertura en educación superior, baja calidad en aprendizajes e inequidad regional.
PUBLICIDAD

La pandemia del Coronavirus aumentará la deserción escolar por falta de acceso a la virtualidad y a la tecnología y a que muchos jóvenes tendrán que trabajar para ayudar económicamente en el hogar, se incrementará la brecha entre educación pública y privada, y entre la urbana y rural, además aumentará la brecha interregional. ¿Cómo disminuir estas brechas?

La búsqueda de la virtualidad no es nueva, desde hace años, la preferencia por la educación presencial ha disminuido, la educación a distancia o virtual ha crecido y existen indicadores que muestran que la tendencia de educarse virtualmente ha crecido, ¿se ocupará la política pública de esta situación, la reconocerá?

La pandemia es una oportunidad de nuevos aprendizajes por medio de lo virtual, eso sí,  contemplando que no todos los estudiantes aprenden de la misma manera, y que lo que se está viviendo es un tránsito a un nuevo estadio que ofrece nuevos aprendizajes, surgen algunas preguntas que orientan las reflexiones en este momento: ¿A qué se refiere la educación de calidad en este contexto de educación virtual o remota?, ¿se habla de contenidos o procesos?, ¿cuáles son las pedagogías y didácticas para este momento? y ¿cómo cambia la evaluación? El imaginario paradigmático actual está en shock, la vieja creencia que el aprendizaje existe sólo en el aula está en discusión, pues estar en un salón de clase no implica que las cosas estén bien, que se esté aprendiendo, por supuesto, el acceso a internet no implica que el alumno esté aprendiendo.

Como quiera que lo importante es aprender, existe la opinión que esto se logra con la interacción, siendo clave desarrollar la autonomía, y para esto, la autorregulación de los estudiantes es fundamental. Surgen algunas preguntas: ¿cómo se expresa las nuevas dinámicas de interacción entre el docente y el alumno, y entre alumnos? y ¿cómo desarrollar la competencia de la autorregulación? De otro lado, comprendiendo que existe un cambio en la metodología, la dinámica debe seguir bajo la tutela del maestro, teniendo el padre también un rol en el proceso educativo, la responsabilidad sigue siendo del maestro y los padres se convierten en el eje del estudio en casa. ¿cómo apoyar a los padres para que asuman adecuadamente este rol? El confinamiento crea la oportunidad de pensar los cambios que se deben hacer como sociedad, de responder la pregunta, ¿cómo aprovechar las potencialidades que da ser una ciudad intermedia y diferente a las demás?

Esta crisis nos llama a promover mayor confianza como elemento esencial para la convivencia y la colaboración, una pedagogía que invite más a colaborar y no tanto a competir, una educación que promueva el pensamiento crítico y, a través de esto, eduque para la transformación positiva de la sociedad.

JAIME EDUARDO REYES

Comentarios