¿Dónde está la sabiduría, o quién la tiene?

María Yolanda Jaramillo G.

Es la reacción natural que se asume, al enterarse de la posición ideológica que desde la mirada del Gobierno nacional, expresa la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. Para entrar en el sentido de reflexión, recurro a la filosofía de quien se conoció popularmente como el genio de la gestión (Natsushita Konosulke – Japonés) su filosofía se basa en la idea, que la industria, negocios, etc, tienen el deber de satisfacer las necesidades de la sociedad, así se obtiene un “justo beneficio” como deber de justicia, obtenido de las prácticas y acciones apropiadas. Me preguntó -¿Es apropiado que se establezca el beneficio de una profesión, por el lucro económico que ella genere para quien la ejerce?.
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La vicepresidenta cita las ingenierías y las tecnologías digitales como profesiones con mayor beneficio económico, y también cita a la psicología y sociología como profesiones de baja rentabilidad, con pocas opciones laborales; este análisis nos comprueba la gran ignorancia con respecto al contexto social y cultural, que permita una lectura real, de lo que acontece en Colombia, por ejemplo los altos índices de violencia intrafamiliar, suicidios y drogadicción (niños - jóvenes), un sinnúmero de violaciones diarias, y gran violencia escolar (bulling), lo cual, solamente un informe de la Secretaría de Educación de Bogotá nos muestra, que tiene registrado más de 1.000 casos de hostigamiento escolar, en lo comprendido de este año; es la dura realidad ignorada y por lo tanto no atendida, siendo el campo de acción para los expertos en las áreas humanísticas, quienes dan las pautas y ayudas para vivir en un mundo complejo, en el que es necesario asimilar y valorar, los símbolos sociales que nos llevan a diferenciar entre el bien y el mal, capacidad que se obtiene desde los primeros años de formación. Si los profesionales como los psicólogos, sociólogos fueran llamados a cumplir su propósito y muy especialmente en el sector educativo, en el cual, se siente su carencia, como existe ahora, contando con un psicólogo para más de 400 estudiantes, si existiera un real plan educativo para estas necesidades, los altos índices de violencia disminuirían por el manejo acertado que estos profesionales darían sobre todo en el control emocional, asimilando los estudiantes que la inteligencia emocional, es una manera distinta de ser inteligente.

Lo que se quiere reflexionar es que un buen gobierno, que cumple con el deber de justicia de responder a las necesidades de la sociedad, no estaría publicitando el valor del dinero como único garante de desarrollo y prosperidad. Se debe reconsiderar en igual nivel de importancia a las profesiones humanísticas, donde las ciencias humanas actúan como recipientes de sabiduría, que conducen a la realización de una población con altos niveles de resiliencia, como habilidad mental y emocional para proyectar el futuro.

MARIA YOLANDA JARAMILLO

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