El país se moviliza

El día de hoy es de encuentro de nuestro país con su pasado, su presente y su futuro. En torno a estos tres tiempos gira la gran movilización que viviremos en diferentes lugares del país, pero especialmente en Bogotá.

El día de hoy es de encuentro de nuestro país con su pasado, su presente y su futuro. En torno a estos tres tiempos gira la gran movilización que viviremos en diferentes lugares del país, pero especialmente en Bogotá. En relación con nuestro pasado porque conmemorará el sexagésimo quinto aniversario de la desaparición de Jorge Eliécer Gaitán a manos de una casta oligárquica incapaz de atender las exigencias de un pueblo que había encontrado en el gran líder al timonel capaz de ayudarlo en la redención de los muchos motivos de tristeza.

Pero también con su presente y su futuro porque, aprovechando la mencionada efeméride, tendrá ocasión de exigir que los diálogos de La Habana, a través de los cuales se busca la paz con democracia y justicia social, sean respetados en los propósitos que les dieron origen y convertidos en el hecho generador de una nueva Colombia. Esto es lo que ha hecho que la iniciativa que hoy nos moviliza haya contado con tantos adherentes, incluidos algunos personajes que, lejos de comulgar con ideales de tanta aceptación como los mencionados, se han sumado de forma oportunista para no quedar a la vera del camino ante una iniciativa que puede generar valiosos dividendos políticos e incluso reeleccionistas.

Lamentablemente, el gobernador del Tolima, Luis Carlos Delgado Peñón, el alcalde de Ibagué, Luis H. Rodríguez, y el arzobispo Flavio Calle Zapata, integérrimos demócratas de dientes para afuera, le pusieron oídos sordos a los llamados del Comité Tolimense de Impulso a la Movilización, algunos de cuyos miembros quisieron conversar con ellos en varias oportunidades en procura de lograr un respaldo que le garantizara al Tolima su digna representación en tan importante evento nacional, con la ingrata suerte de que toda respuesta quedó reducida a meros amagues, pese a la importancia de las razones de la movilización, incluido el cariño de que aún goza Gaitán entre los tolimenses.

Por fortuna, el empeño de los integrantes del Comité de Impulso fue lo suficientemente grande, y hoy están marchando en Bogotá más de cuatro mil tolimenses conscientes de la importancia de la efeméride a celebrar, pero también de la apremiante necesidad de defender el proceso de paz, de exigir democracia y que los intereses públicos no se sigan supeditando a los intereses privados, sobre todo a los del gran capital, y demandando con urgencia un cese bilateral de fuegos que nos permita ahorrarnos algunas lagrimas en este desangre que vive el país.

Lo que deje esta movilización debe ser un estímulo para que los amigos del cambio social, como lo dice una hermosa consigna de la Marcha Patriótica, “unamos todas las rebeldías”.

Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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