Demócratas de derecha

Desafiando a las instituciones republicanas, pero sobre todo a la voluntad popular que se expresó el pasado 14 de abril a favor de Nicolás Maduro con cerca de 300 mil votos de diferencia, los jefes de la oligarquía venezolana, representada en la figura de Henrique Capriles Radonsky.

Desafiando a las instituciones republicanas, pero sobre todo a la voluntad popular que se expresó el pasado 14 de abril a favor de Nicolás Maduro con cerca de 300 mil votos de diferencia, los jefes de la oligarquía venezolana, representada en la figura de Henrique Capriles Radonsky, llamaron a lo más alienado de sus seguidores a movilizarse en procura de lograr la extensión de la verificación de los resultados de las urnas al ciento por ciento de los votos.

La motivación del llamamiento no radicó, por supuesto, en el convencimiento de que los resultados anunciados por el Concejo Nacional Electoral no reflejaran la verdadera voluntad popular, sino en el capricho de la oposición de derecha, que siempre ha considerado que la democracia es buena, y sus resultados respetables, solo cuando benefician a sus intereses. En consideración a los deseos anteriormente expresados por esa oposición, se llegó a establecer en las normas legales la verificación  del 54 por ciento de las mesas que, siendo exagerada en sí misma, al llevarse a la práctica, arrojó un resultado de cero error, lo cual hace irracional su posterior ampliación al ciento por ciento.

Tan poco se trató de movilizaciones carentes de daños. Nueve muertos y millonarias pérdidas fueron la consecuencia de esta desmedida frustración de la derecha, producto de no haber logrado aprovechar la ausencia del presidente Chávez para montar un sucesor contrario a su ideología socialista.

Es cierto que la diferencia entre Maduro y Capriles fue inferior al dos por ciento, pero bueno señalar también que abundan los ejemplos de resultados aún más estrechos, sin que de ellos se hayan derivado desconocimientos tan crasos como el comentado. Así sucedió, por ejemplo, en las elecciones que confrontaron a Kennedy con Nixon, a Bush con Gore, a Calderón con López Obrador, a Aznar con  Felipe González y, en la propia Venezuela, a Caldera con Barrios.

Lamentablemente, ahora que se les ha dado gusto en su pretensión de llegar al ciento por ciento, han decidido ampliar sus caprichosas exigencias a no solo la confrontación de las cifras encontradas con el valor registrado en las actas, sino que también exigen la revisión de las huellas dactilares que reposan en los cuadernos. Esta es la demostración de que siempre estarán en la búsqueda de motivos para endilgarle a Maduro ilegitimidades inexistentes, con las cuales procurarán desordenar el país y crear condiciones para la intervención del Imperio.

Son hechos ante los cuales los venezolanos honestos están tomando nota y de los que sacarán las conclusiones que les permitan derrotar con las armas de la democracia a quienes se oponen a sus propósitos de soberanía y socialismo.

Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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