Historia y masas

Quienes vivimos convencidos de que son las masas las hacedoras de la historia, como lo enseñara Carlos Marx, superlativo ideólogo del proletariado mundial, a cada paso encontramos razones para confirmarnos en nuestra convicción, bien contraria, por cierto, a la que nos presenta los hechos históricos como el producto de la genialidad.

Quienes vivimos convencidos de que son las masas las hacedoras de la historia, como lo enseñara Carlos Marx, superlativo ideólogo del proletariado mundial, a cada paso encontramos razones para confirmarnos en nuestra convicción, bien contraria, por cierto, a la que nos presenta los hechos históricos como el producto de la genialidad, la abnegación y el patriotismo de individuos aislados que vivieron siempre dispuestos a sacrificarse por su pueblo.

Una prueba la tenemos en la historia reciente del hermano pueblo venezolano. Mientras ese pueblo estuvo adormecido por el murmullo de algunos de los petrodólares que llegaban al país y de los cuales inmensas sumas se quedaban en las faltriqueras de la oligarquía, lo que parecía reinar era la paz social. Sin embargo, cuando ese pueblo comenzó a percatarse de lo insuficientes que cada vez más le iban resultando tales recursos, la placidez de su conciencia inició el tránsito hacia la inconformidad, y la pasividad en los actos se transformó en hechos de protesta capaces de servir de caldo de cultivo a la aparición de estructuras organizativas de nuevo tipo y de líderes capaces de interpretar la nueva realidad y, consecuentes con ella, organizar la protesta y conducirla a nuevas formas de dirección social.

Bajo el liderazgo de Chávez y contando con nuevas herramientas de organización social y política, ese pueblo comenzó a desembarazarse de viejas trabas y a transformar la realidad social y política de su país, dejando constancia histórica de su intensión de no aceptar seguir siendo gobernado como antes. La realidad antecedente, construida con su permisividad inconsciente, pasó a transformarse con su protagonismo en un estado de cosas que le hacían imposible a las clases dominantes seguir gobernando como antaño.

Algunos preguntarán, entonces, por lo que pasó durante los comicios de abril, en los cuales las fuerzas del atraso redujeron el margen con que antes eran derrotadas a menos del dos por ciento de los votos. La respuesta sigue confirmando lo dicho: algunos errores e inconsistencias volvieron a llevar al letargo a parte de esas masas otrora victoriosas, poniendo en peligro, con su actitud, los avances sociales hasta entonces logrados.

Ha llegado el momento de que los venezolanos recuperen los pasos perdidos en su condición de hacedores de la historia; de que vuelvan a ser el corazón que irriga con su latir todas las fibras del progreso social; de que sigan estremeciendo con su protagonismo los cimientos mismos de las estructuras económicas y sociales y de que sigan irradiando luces de esperanza entre todos los demás pueblos del mundo. Para ello tienen creadas todas las condiciones, y en ellos están cifradas las ilusiones de nuestros pueblos.

Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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