Con el interés puesto en la reconquista de la influencia política que le arrebataran las fuerzas más oscuras que hayan existido en latinoamericana, la Unión Patriótica viene preparándose para efectuar en Bogotá, del 15 al 17 de noviembre, el V Congreso Nacional del Partido, que estará antecedido de una gran concentración de instalación del evento.

La UP fue víctima del más infame genocidio a manos de una oligarquía que, asustada por la merecida influencia que esta organización venía conquistando entre las masas, la emprendió contra ella a punta de militarismo y paramilitarismo hasta casi desaparecerla.

Por fortuna, importantes sectores partidarios pudieron establecer mecanismos de protección contra las hordas asesinas, logrando impedir que tan siniestros planes pudieran consumarse plenamente. Pese a ello, ese exterminio aleve cobró la vida de más de cinco mil luchadores que buscaban con ahínco los anhelados cambios revolucionarios que tanto necesitamos.

Esos sobrevivientes son los que hoy se movilizan en todo el país, buscando aprovechar el fallo del Consejo de Estado que devolvió la personería jurídica al Partido, luego de que en un mal momento se la quitara la Corte Electoral, como fiel servidora de los intereses oligárquicos.

Ya son varios los departamentos en los que la militancia de la UP ha realizado sus respectivos Congresos locales para celebrar las buenas nuevas del momento presente y elegir delegados al Quinto Congreso Nacional. El Tolima lo hará este 9 de noviembre desde las 9 a.m., en el auditorio de la Universidad del Tolima de la calle 10 con carrera Quinta. Se aspira a contar con la presencia de personalidades de tan alto vuelo como el tolimense Carlos Lozano Guillén, director del semanario Voz, miembro de Colombianas y Colombianos por la Paz y candidato al Senado de la República, así como el presidente nacional de la UP, Ómer Calderón, entre otros.

Y por las fuerzas democráticas de la región, se espera que concurran todos aquellos tolimenses que alguna vez creyeron que la Unión Patriótica expresaba los anhelos y posibilidades de cambios de avanzada que tanto requiere nuestro pueblo, y que hoy sienten el renacer de la esperanza que encarnaban aquellos cinco mil corazones que vibraban al unísono con el de Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, Teófilo Forero, Leonardo Posada, Miller Chacón, José Antequera y Manuel Cepeda Vargas, para mencionar solo a unos pocos.

Para que el retorno de esa esperanza sea sólido, los aportes de los demócratas deben ser proporcionales a la magnitud de tan importante empresa. Su primer deber es respaldar el Congreso Departamental del 9 de noviembre y asistir a él en homenaje a estos cinco mil mártires. Lo demás vendrá después.