¿Candidatos altruistas?

Rodrigo López Oviedo

Las actuales elecciones están a poco de concluir, y lo que se presagia otra vez es el triunfo de los candidatos amantes de los grandes despliegues propagandísticos, de los cientos de vehículos para la bulla y el transporte de supuestos adherentes y de millonadas en efectivo para incentivar malsanamente el interés ciudadano.

Las malas lenguas dicen que una campaña a cualquier Gobernación o Alcaldía de capital de Departamento sobrepasa en mucho los 12 mil millones de pesos. Eso debería preocuparnos a todos, sobre todo si sabemos que un Gobernador de categoría especial gana máximo 12 millones 831 mil pesos mensuales y un alcalde de igual condición, 10 millones 871 mil.

Si el Tolima perteneciera a tal categoría, el Gobernador elegido requeriría de 935 mesadas (72 años) para recuperar los costos de su campaña. ¿Será que una persona sensata, y sobre todo honrada, arriesgaría semejante caudal a sabiendas de que su valor, sin intereses, solo podrá recuperarlo en 935 cuotas, de las cuales solo recibirá 52?

Por supuesto que la respuesta es negativa, y da para que nos preguntemos por las verdaderas intenciones de quien hace eso; por las personas e intereses que están detrás de él; por las consecuencias que a los ciudadanos de bien puede traerles la elección de tal tipo de personas.

Porque si bien el altruismo abunda entre los colombianos, nunca alcanza cuantías tan exorbitantes, y menos entre los dueños del gran capital, que viven ávidos de elevar su riqueza sin importar a costa de quiénes.

Del actual Alcalde de Ibagué puede decirse que ya recuperó 50 mesadas de lo invertido en tres campañas. Si el resto quiere recuperarlo honradamente, tendrá que seguir trabajando por 2 mil 750 mesadas iguales, es decir, durante 211 años. Igual, de Óscar Barreto. Siendo Gobernador recuperó honradamente 52 mesadas, y si no recobró algo más por otros medios, deberá contar con la misma suerte salarial durante los próximos 68 años para poder resarcirse del resto de los gastos de aquella campaña. Y si ahora gana la reelección, podrá redimir otras 52 mesadas, pero a las cuentas iniciales tendrá que sumarle 72 años más para recuperarse de los gastos de esta nueva campaña.

Personalmente no creo que estos dos personajes de tanta nombradía en la comarca tengan esa paciencia, ni que sus pasos por la administración pública hayan sido como el de dos Carmelitas Descalzas.

Tampoco lo afirmo, pero es mejor ser precavidos. Toda campaña ostentosa debe causar mala espina. Por eso resulta más inteligente mirar hacia candidaturas como las de la Unión Patriótica, que trabajan con el solo esfuerzo de la militancia y pensando en los reales intereses populares.

Comentarios