Consulta anticorrupción sobre salarios

Rodrigo López Oviedo

Aunque tirios y troyanos presumían que las relaciones de Álvaro Uribe con la Justicia algún día desembocarían en la decisión de la Corte Suprema de llamarlo a indagatoria por algunos de los muchos actos criminales que se le señalan en los mentideros sociales, su ocurrencia no deja de convertirse en distractor de la atención nacional, que hoy debería estar concentrada en la consulta anticorrupción. Este es un inconveniente al que debe hacérsele frente, pues no se puede permitir que se aproveche para dificultar la participación de los 12 millones 262 mil colombianos que se requieren para que la consulta alcance el umbral.

Aportemos, pues, nuestro granito de arena para que no se nos frustre esta iniciativa, y comencemos evaluando la primera pregunta del cuestionario que responderemos el 26 de agosto.

Esta pregunta se relaciona con el salario de los congresistas y demás altos funcionarios del Estado: ¿Está usted de acuerdo con que esa remuneración se baje de 40 a 25 salarios mínimos?

Una demanda presentada contra la consulta ha sido fundamentada en el hecho de que los niveles salariales nada tienen que ver con la corrupción. Grande es la equivocación de quienes eso piensan. Tales remuneraciones son una de las causas de la compraventa de votos, además de que representan una aberración en un país con tantos desequilibrios económicos y sociales como los que tenemos.

Los estudiosos del tema han concluido que la remuneración de nuestros congresistas está entre las más elevadas del mundo. La revista Dinero, por ejemplo, ha encontrado que los del Reino Unido apenas sí ganan 4,5 salarios mínimos legales; los de Francia, 4,9; los australianos, 7,9; los argentinos, 10,2; y los de España 20,9.

Según el periódico virtual Kienyke, los 40,5 salarios mínimos que ganan los congresistas colombianos solo son superados en todo el continente por México, Chile y Brasil, pues incluso aventajan a los de Canadá -7,4 salarios- y Estados Unidos -13,9-.

Por su parte, la revista Semana señala el de Suecia como un caso muy particular. Mientras la remuneración promedio de los suecos es de 12 millones de pesos, el de sus congresistas es de apenas un poco más de 21 millones, es decir, aproximadamente 1,8 de tales salarios

Si tenemos en cuenta que los altos funcionarios de las demás ramas del poder público reciben remuneraciones iguales a nuestros congresistas, podremos comprender los orígenes de la creación literaria de nuestro Nobel García Márquez, cuya característica fundamental no es tanto el realismo mágico como la desmesura.

Y pensar que a los trabajadores se nos tiene trabajando con salarios de hambre. De allí la importancia del Sí que depositaremos en las urnas.

Comentarios