No importa, perdonemos a Guillermo Alfonso

Rodrigo López Oviedo

Para quien esto escribe, el doctor Guillermo Alfonso Jaramillo nunca atentará contra el derecho de los ibaguereños a disfrutar de las páginas de EL NUEVO DÍA, ni de ningún otro medio de comunicación existente o que pueda existir en la región. De este democrático personaje jamás puede esperarse que su alergia a la crítica, sublimada un tanto por su estilo intemperante, pendenciero y lenguaraz, lo lleve a cometer tan aberrante crimen, lo que le significaría ponerse a la par de tiranuelos que, es de suponer, aborrece.

No, él no lo haría; entre otras cosas porque su amenaza no salió de sus propósitos, sino de esas bajas pasiones, las mismas que lo llevaron a amenazar también a los inquilinos de las plazas de mercado y a los futuros usuarios del Sistema Estratégico de Transporte Público con entregarlos al apetito voraz de alianzas público privadas, cosa que por fortuna no ha pasado, pero que dejó en evidencia un subconsciente neoliberal, por fortuna sometido a esos objetivos socialistas que tan caros les han sido a sus seducidos electores.

Por supuesto que no siendo esas expresiones ínsitas a su credo político, lo que tenemos que esperar del Mandatario es que le presente disculpas al periódico, al igual que a la ciudadanía, que pasó un buen susto ante este pasajero triunfo de su subconsciente.

Pero sus disculpas no debe limitarlas a esa circunstancia. Debe disculparse también por el cúmulo de promesas electorales hasta hoy incumplidas, como la del mínimo vital de agua; la de la clínica materno infantil, la de crear centros ambulatorios de atención a los drogodependientes, la de promover el turismo, la de construir un centro cultural multipropósitos, y por sobre todo, la de sacar adelante la consulta relacionada con la megaminería a cielo abierto, compromiso que nos embolató a cambio de un acuerdo municipal que puede ser tumbado por futuros concejales.

Y así como ha dejado de hacer lo anterior, que no agota todo lo que han sido sus incumplimientos, también debe disculparse por lo hecho en contravía de sus promesas de campaña, como el incremento del catastro, del que tuvo que dar marcha atrás; el impuesto a los tenderos por utilizar los antejardines de sus tiendas y el anuncio de “hacernos chillar” en el 2019 a punta de impuestos.

Pero bien, pese a lo anterior, acojamos nuevamente a nuestro mandatario en lo más íntimo de nuestro corazón, pero pidámosle a cambio que el candidato que postule a la próxima alcaldía no sea así como él; que sea de un talante que, de ser elegido, nos permita disfrutar del olvido de lo que fue su mandato.

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