El impacto de un absurdo convenio suscrito por la alcaldía local

Manuel José Álvarez Didyme

Como bien lo sabe la opinión, el motivo que ha convocado a las jornadas de paro que tras varios días se escenifican en la ciudad, es el absurdo convenio suscrito entre la Alcaldía local y la empresa “Infotic” de Manizales, para que esta última se encargara de realizar el recaudo del producido del sistema de transporte urbano de Ibagué, no obstante que la citada compañía no obstante ser foránea carecía, como en efecto lo evidencian sus antecedentes, de la necesaria idoneidad para el cumplimiento de dicha función.
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Contrato a través del cual se están comprometiendo importantes recursos públicos, inspirado, sino por oscura razones, por discernimientos sí de extrema torpeza, si se estiman las circunstancias económicas que atraviesa la ciudad, como una de las de más acentuado desempleo y mayor índice de informalidad en el país, puesto que una de sus principales consecuencias sería la reducción de los escasos recursos que alimentan la escuálida economía local por los próximos años, como es fácil de advertir. 

Y así lo ha percibido la comunidad que no ha visto medio distinto al “paro” como forma de lograr que se revoque tan lesivo e irresponsable acto de “la administración Hurtado”, dado el impacto negativo que tal medida irá a causar en el precario desempeño futuro de la ciudad. 

Pese a que la parálisis de las actividades en esta capital, -por el ya prolongado espacio de tiempo en que se ha dado-, según las cifras arrojadas por una encuesta conjuntamente realizada al efecto por Fenalco y la Cámara de Comercio de Ibagué, están causando, -tal como lo reportado por los empresarios locales-, pérdidas aproximadas a los siete mil millones de pesos diarios, tan solo para el sector de comercio y servicios, sin contar los perjuicios que se les irroga a los restantes sectores de la economía local.

Consecuencia de la ligereza con que elegimos los rectores de nuestra ciudad, sin prever los nocivos efectos y los daños que su falta de formación y sus antecedentes pueden llegar a producir. 

Algo que hace importante valorar, de cara al debate eleccionario que se aproxima y cuando ya casi cesan los períodos de los actuales burgomaestres y comenzado a destaparse las apetencias de las varios ciudadanos y ciudadanas que desean suceder a Hurtado frente de los destinos de nuestra urbe.

En cuanto Ibagué precisa de un gerente y líder capaz de consolidar el saneamiento financiero; prudente en el gasto y consciente de la necesidad de priorizar las inversiones con claro acento social; que se aplique con un excelente equipo, -antes que nada-, a  buscarle solución a los muchos problemas que nos agobian en materia de empleo e ingreso, y en los temas vial, de transporte y de seguridad, entre muchos otros.

MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME DÔME

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