Volver al libro, una urgencia regional

Manuel José Álvarez Didyme

En buena hora un grupo de inversionistas y amantes de la cultura, encabezados por la Universidad de Ibagué, desarrollaron una acción, fundamental y de gran valía para nuestra ciudad, en cuanto su prioritaria aspiración y amplia cobertura, enderezados a involucrar a nuestra niñez y nuestra juventud con el libro.
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Tal acción que arrancó y se concretó en el año que acaba de concluir, se encuentra presta ya a desarrollar su encomiable propósito, desde la librería “Pérgamo” ubicada en predios de la parte alta del Barrio la Macarena de esta ciudad, bautizada como tal en rememoración de una de las urbes más brillantes y poderosas del imperio de los Atálidas de la actual Turquía, justo enfrente de la isla de Lesbos, la que guarda en su antigua acrópolis las ruinas de su biblioteca en la cual sus habitantes como bibliógrafos que siempre mostraron una gran preocupación por la cultura, llegaron a coleccionar más de 200.000 títulos, muchos de ellos copiados en pergaminos.

De esta forma y con la oferta de toda suerte de textos literarios, desde la librería “Pérgamo” se pretende atacar uno de los principales problemas culturales que padece nuestra ciudad con caracteres de gravedad: la disminución del índice de lecturabilidad de su población, fundamentalmente la joven, lo cual se viene traduciendo en la merma gradual de su capacidad lecto-escritora y la consecuente pérdida de sus habilidades analíticas, críticas y dialécticas, indispensables para el normal desenvolvimiento político, social y económico de cualquier grupo humano contemporáneo.

Tal como lo está evidenciando el mediocre resultado de nuestros estudiantes en las pruebas Icfes; en las de ingreso a las varias universidades y en la desaparición de las librerías locales y del único diario del Tolima y, para citar solo algunos indicadores eficaces que ilustran el drama.

No obstante, acciones de creación e inversión como la llevada a cabo en la librería “Pérgamo”, realizada con amor por el terruño y visión de futuro, no pueden verse reducidas a un esfuerzo aislado, debiendo por tanto ser amplificadas mediante el concurso de todos los planteles educativos de primaria y bachillerato públicos y privados de la ciudad, de las varias universidades, Cajas de compensación, Comités gremiales y la Cámara de Comercio local entre otros, a imagen y semejanza de lo realizado en otras ciudades y por un período de tiempo no menor al necesario para erradicar totalmente la falencia que nos afecta.

Porque son estas políticas estructurales y no otras las que se requieren para salir del estado de postración económico y social que de un tiempo acá viene presentando Ibagué, únicas en cuanto tienden a mejorar la calidad de su recurso más valioso: el humano, y a formar una sociedad antes que un tumulto y a dotarla de una dirigencia más capaz, responsable y comprometida.

Y son muchos los cambios favorables que puede obtener una comunidad por el solo hecho de reivindicar el libro y volver al hábito de leer, sobretodo en cuanto a variación de sus comportamientos, en la manera de encarar la vida y en la de entender al semejante.

Bien lo decía Jorge Luis Borges, el gran escritor de América, refiriéndose incluso a su propio oficio: “la verdadera importancia del hombre en cuanto ser humano, no está en lo que ha hecho o escrito, sino en lo que ha leído”.

MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME-DÔME

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