Sin tetas sí hay paraíso

Angelina Jolie acaba de dar una lección de humildad, sensatez y madurez al mundo con su decisión de hacerse una doble mastectomía, a fin de prevenir un cáncer.

Angelina Jolie acaba de dar una lección de humildad, sensatez y madurez al mundo con su decisión de hacerse una doble mastectomía, a fin de prevenir un cáncer. De humildad porque no es fácil para una vedette como ella reconocerse humana y tan cerca de la muerte y la tragedia. De sensatez porque demostró saber qué era realmente lo importante, y de madurez porque pone fin a una etapa de su vida asumiendo la realidad de ésta.    

El caso me ha impactado mucho. Confieso que tengo frente a la gente de la farándula la tendencia a juzgarla dentro de un marco de trivialidad y superficialidad inmenso, en el cual el botox y el bisturí juegan un papel trascendental. El mundo de la farándula es plástico y frívolo por definición, al fin y al cabo allí se privilegia el continente mucho más que el contenido. En él lo importante es parecer antes que ser;  se rinde culto, casi fanático, a una estética definida por el consumismo, la moda y en general por los criterios anodinos que prevalecen en la sociedad ‘low cost’. Estos criterios han logrado moldear un tipo de mujer de la que, de una u otra manera,  la Jolie es un prototipo. Curvas perfectas, mirada penetrante y enigmática, labios carnosos y senos erguidos. Cosas de apariencia que terminan ocultando el costado realmente escencial de las personas y en particular de las mujeres: su belleza interior.  Aquel aspecto que ni el tiempo ni las revistas del corazón pueden quitarles. 

Con la decisión tomada, Angelina Jolie acaba de hacer un corte con este mundo frívolo y ‘light’, y es una acción digna de todo reconocimiento. Jolie reveló en mayo de este año, en un artículo del The New York Times, que se había sometido a la doble mastectomía preventiva de cáncer, pues tenía un 87 por ciento de posibilidades de padecer esta enfermedad y un 50 por ciento de desarrollar un tumor maligno de ovario.

Jolie tiene un gen defectuoso que le costó la vida a su madre, Marcheline Bertrand, quien “luchó contra el cáncer durante casi una década y murió a los 56 años”, y, como es apenas natural, no quería repetir su historia. Acaba de cumplir 38. La decisión no tuvo que ser nada fácil. Los senos representan una identidad de género, como posiblemente lo sean los testículos para el nombre. Si alguien piensa que se trata de una determinación sencilla no es sino que se ponga en su papel y piense si sería capaz de tomarla. Creo que a ello sólo puede llegarse después de un profundo proceso de reflexión, en donde necesariamente van a prevalecer las voces interiores.

Conocer la noticia hizo que me sintiera atraído por la personalidad de esta rutilante estrella que, como se sabe, es mujer de Brad Pitt, otro actor de primera línea. Los dos constituyen una pareja paradigmática, sin lugar a dudas, y se han hecho dignos de un reconocimiento global, no sólo por sus capacidades actorales, también por el positivo mensaje que acaban de enviarle a millones de mujeres y de hombres en el planeta: las tetas de las mujeres hacen parte del paraíso terrenal, pero no son el paraíso, como se lo han hecho creer a cientos de miles de mujeres en Colombia y en el mundo entero. La verdadera belleza femenina es idéntica a la belleza masculina, tiene que ver con los aspectos inmateriales del ser humano. 

Es decir, con el alma, con el espíritu, con la clase de persona que cada quien ha logrado moldear para sí misma. Gracias a Angelina Jolie (y también a Brad Pitt) muchas personas sabrán que sin tetas sí hay paraíso.

Credito
GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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