Thank you, Mr. President

Guillermo Pérez Flórez

La transformación del Plan Colombia en Paz Colombia es un acierto. Con esta decisión, los presidentes Barack Obama y Juan Manuel Santos enmiendan, por así decirlo, lo que fue un fracaso.

El Plan nació como estrategia antidrogas, pero el narcotráfico en Colombia sigue vivo y coleando. La única diferencia entre la Colombia de hoy con la de hace 15 años, en ese aspecto, es que los carteles colombianos no tienen la capacidad de penetración internacional que antes tenían y que han sido sustituidos por los mexicanos en ese oficio. El resto de la cadena sigue prácticamente igual. De hecho, los cultivos han vuelto a crecer. El más reciente Informe producido por la Oficina de Naciones Unidos contra las Drogas, en colaboración con el Gobierno colombiano, muestra que el área de cultivo y la producción de cocaína aumentaron de manera sustancial en 2014. El área cultivada subió 44 por ciento, de 48 mil hectáreas en 2013 a 69 mil en 2014, mientras que la producción potencial de cocaína, a su vez, aumentó de 290 a 442 toneladas métricas en el mismo período, lo que representa un aumento del 52 por ciento. Con un agravante, los cultivos de coca crecieron fuertemente en dos parques nacionales, La Macarena (Meta) y Nukak (Guaviare).

Con el Plan se fumigaron 1.6 millones de hectáreas con glifosato, con altos costos en la salud de los campesinos y del medio ambiente. Tampoco se redujo el consumo en EE.UU. ni Europa, y en Colombia y Brasil se consume mucha más droga. Mirado así, no veo que hubiese mucho qué celebrar.

Ahora bien, si se evalúa el Plan como estrategia contrainsurgente, tampoco abundan los éxitos. Las guerrillas fueron golpeadas y debilitadas pero no derrotadas. Y habría que mirar también la relación costo - beneficio. Existe propensión a creer que el Plan Colombia fue financiado totalmente por los EE.UU. y la verdad es que no. Washington sufragó menos del 10%. El gasto militar durante estos tres lustros asciende a 120 mil millones de dólares. Es verdad que ahora nuestras fuerzas armadas llegan a medio millón y que tenemos la cuarta flota de helicópteros del mundo, pero ¿y qué? Si desde hace 15 años la decisión hubiese sido la paz, Colombia sería otra. Seríamos un país con mejor calidad en la educación y en la salud. Dos sectores que son francamente críticos. Con seguridad habríamos avanzado más en la lucha contra la pobreza y la miseria. Tendríamos trenes y carreteras, y no trochas. Y la seguridad ciudadana no se habría deteriorado tanto. La verdad es que hoy tenemos más policías pero menos seguridad.

Obama y Santos aciertan en esa transformación. No entiendo cómo hay quienes se duelan de que el plan Colombia haya sido enterrado. Al contrario, esta es una gran noticia. Lo que necesitamos es construir un país de oportunidades (no de oportunistas), para que nuestros jóvenes tengan ilusión y futuro. Y esto solo se construye con paz. Hay que dar la bienvenida a Paz Colombia. Sobre todo si no tiene letra menuda, como lo afirma el presidente Santos. Siendo así, hay que decir ‘Thank you, Mr. President’.

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