¿Cuándo se jodió Venezuela?

Guillermo Pérez Flórez

El título de esta nota es tomado en préstamo de un formidable libro del periodista Raúl Gallegos, que es una de las mejores radiografías que se haya escrito sobre la tragedia del hermano país. Un texto que nos permite entender la crisis venezolana de forma estructural, más allá de la anécdota, la coyuntura y la propaganda contra el presidente Nicolás Maduro y el modelo político y económico chavista.

Porque el problema de fondo es estructural y cultural. El subtítulo de la obra es revelador. “Sobre cómo el país con las reservas petroleras más ricas del mundo acabó sumido en la ruina, otra vez”. El “otra vez” es clave. Una análisis serio como el de Gallegos permite entender mejor el fondo de la crisis: las mayores reservas de petróleo del mundo. Circunstancia ésta que ha servido para crear en la mayoría del pueblo la ilusión de que se puede vivir de la renta petrolera, sin necesidad de trabajar ni ahorrar. Que, además, ha potenciado la corrupción a escala grande, media y chica.

La distorsión del precio interno de la gasolina, una de las más baratas del mundo, gracias al subsidio que hace el Gobierno a través de la estatal petrolera, por ejemplo, es una de las causas de contrabando y corrupción. Altos cargos de las FF.AA. participan del lucrativo negocio de contrabando de gasolina en la frontera para venderla en Colombia. Y es que llenar el tanque de gasolina de un carro cuesta menos de un dólar. Una situación que le vale a PDVSA (la empresa de petróleos de Venezuela), más de 12.500 millones de dólares al año. Esto es muy difícil de cambiar para cualquier gobierno, porque son muchísimos los venezolanos que, de tiempo atrás, creen que un país con tanto petróleo puede permitirse subsidiar la gasolina. Además, porque es una riqueza que parece eterna. El campo Cerro Negro, que produce poco más de 400 mil barriles diarios, tiene petróleo para ¡767 años! Colombia, en cambio solo tiene reservas petroleras para poco menos de seis años.

Los colombianos deberíamos tomar un mayor interés por la crisis venezolana. Pero, no para instrumentalizarla electoralmente con clichés y chistes sobre las torpezas y excentricidades de Maduro, sino para extraer lecciones. Además, porque es un país hermano que cumple un papel estratégico en el hemisferio. Y con quien, más temprano que tarde, tendremos que volver a conversar sobre integración regional. Un buen punto de partida para ese estudio es el libro de Gallegos, que reitero es excelente.

¿Cuándo se jodió Venezuela? Me temo que hace muchos años, desde antes de la llegada del chavismo, cuando una clase política corrupta llevó a los venezolanos todos, al hastío y ello le abrió las puertas a un discurso facilita y populista que siente que basta anunciar una revolución y hacer asistencialismo puro y duro para hacer milagros sociales y desarrollo. Los pueblos aguantan más de la cuenta, pero un día se cansan y se sacuden, como lo está comprobando el propio chavismo en el presente.

A nosotros también nos caería bien contestar otra pregunta: ¿Cuándo se jodió Colombia?

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