Sueño presidencial

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Aunque no mencionó por ninguna parte el tema ambiental, cosa que resulta extraña por la dramática realidad que vive el país por los efectos del fenómeno de ‘El Niño’ y otras consecuencias del cambio climático, confieso que me emocioné al escuchar el discurso de posesión del presidente Juan Manuel Santos.

A mi juicio, los tres pilares que, según el Jefe de Estado, guiarán su segundo tiempo en la Casa de Nariño, constituyen una buena lectura de lo que necesita el país para alcanzar un mayor nivel de desarrollo en el mediano y largo plazo.

Indiscutiblemente la paz debe ser el primer objetivo por alcanzar. La guerra en Colombia ha sido un fenómeno catastrófico. No solo ha causado la muerte de más de 218 mil personas y de miles de secuestrados y desplazados, sino que también ha ocasionado pérdidas económicas irrecuperables como producto de los constantes atentados terroristas a las infraestructuras vial, energética y productiva del país, además de la fuerte inversión que ha tenido que hacer el Gobierno en el sector defensa, que en los últimos 10 años supera los 220 billones de pesos.

La equidad es el otro pilar fundamental. Aunque Colombia es una de las economías que más están creciendo en la región, sigue siendo la tercera más desigual en toda América Latina y el Caribe, y una de las más inequitativas entre todos los países pertenecientes al sistema de las Naciones Unidas. Así mismo, mantenemos niveles exagerados de pobreza y miseria, y grandes brechas en cuanto al acceso a servicios de salud y educación. Todo esto con mayor incidencia en la población rural, donde, además de las precarias condiciones de vida, hay una excesiva concentración de la propiedad, resumida en que el 77 por ciento de la tierra sigue estando en manos de un 13 por ciento de propietarios.

Pero quizá el más importante pilar sea el de la educación. Según el Banco Mundial, “es uno de los instrumentos más poderosos para reducir la pobreza y la desigualdad y sienta las bases para un crecimiento económico sostenido”. Sin embargo, a pesar de ser trascendental, todos sabemos que a Colombia no le ha ido muy bien en esta materia. Más allá de los problemas de cobertura en la educación, los expertos señalan que la calidad es deficiente, y que nuestro sistema educativo está formando estudiantes que “aprenden para el examen”, pero que tienen poca capacidad para desarrollar habilidades y competencias para desempeñarse eficientemente en el mundo de hoy (de ahí los malos resultados en las pruebas Pisa). Adicional a ello, todavía presentamos grandes rezagos en materia de tecnologías de la información y las comunicaciones, y en el aprendizaje del inglés.

Ante esta realidad, queda claro que la visión del Presidente es la correcta: construir un país en paz, con equidad, y el más educado de la región. No obstante, lograrlo no será tarea fácil, ya que implica grandes sacrificios de muchos sectores y gremios del país, en especial de la clase política, que tendrá que luchar contra las presiones de las elites más poderosas, para poner en marcha las reformas que permitan hacer realidad el sueño presidencial.

Credito
CESAR PICÓN

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