Los resultados del encuentro entre naciones para acordar medidas en contra del calentamiento global indican que este tema seguirá en ciernes y que el acuerdo para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) sigue en cuidados intensivos y a punto de fallecer el año entrante, fecha en la que terminan los acuerdos del protocolo de Kioto.

Y mientras en países como Colombia se sufren los estragos del cambio climático, los líderes del mundo no fijan obligaciones serias para disminuir los GEI y lo peor del caso es que según los últimos informes científicos el mundo avanza hacia un colapso climático a finales de la década veinte.

Además se suman al problema climático global las perdidas de cosechas, el incremento de problemas ambientales y la crisis económica para miles de familias en todo el mundo.

En épocas de indignación mundial el comportamiento de países como Estados Unidos, China, Japón y Canadá debieran sobrepasar el umbral de tolerancia de la humanidad, al fin y al cabo los informes científicos indican que después del año 2017 no habrá marcha atrás y cualquier intento de contener el fenómeno será inútil. Las consecuencias catastróficas serán irreversibles.

La actitud de estos países y el poco consenso está incrementando las asimetrías en el mundo e inclusive se advierte que la testarudez de los países industrializados al no acordar disminuciones en niveles significativos puede llevar a que sean los países pobres lo que más sufran las consecuencias del calentamiento global.

Lo paradójico de todo este tema es que ya existen evidencias que en la unión europea la reducción de emisiones ha estado acompañada del aumento en el producto interno bruto, lo que demuestra que el desarrollo sostenible es posible. Y es paradójico porque el argumento de aquellos países que no han adoptado los acuerdos se fundamentan en el temor de que sus economías no crezcan.

Así las cosas la Unión europea se está quedando sola en el propósito de disminuir el calentamiento global lo que también es delicado debido a la crisis económica que afronta la unión. Y la situación tiende a empeorar ya que países emergentes como India y Brasil son cada vez más contaminantes.

Por ahora lo único que queda por esperar es que la sensatez llegue a los líderes de los países que están renuentes a firmar un nuevo acuerdo o prolongación del acuerdo de Kioto, de lo contrario como ya se afirma en todo el mundo se dará inicio a la cuenta regresiva del equilibrio climático y de la era del ser humano en el planeta tierra.