Ya es hora

Nadie como Belisario Betancur para entender la guerra en Colombia y el anhelo de paz de nuestra nación. Y no cualquier paz, si se le pudiera entender a esta en distintos niveles; una paz plena y con justicia, democracia y libertad.

Nadie como Belisario Betancur para entender la guerra en Colombia y el anhelo de paz de nuestra nación. Y no cualquier paz, si se le pudiera entender a esta en distintos niveles; una paz plena y con justicia, democracia y libertad.

Conocimos esta semana del respaldo del Expresidente al proceso de paz liderado por el Presidente Santos; sin lugar a dudas es una buena noticia, al fin y al cabo la ofrece quien suscribió acuerdos con las guerrillas de las Farc, M-19 y el EPL. Él los conoce bien.

Betancur nos recordó que “La paz es la razón de la existencia del ser humano; es su más elevada aspiración, fundamento de todos sus quehaceres. Para Colombia la paz es el querer de todos los que la aman sin condiciones, de quienes suspiran por una gran patria elevada a las categorías de la felicidad”.

Quienes conocen la paz afirman que esta está en permanente riesgo debido a la propia condición humana; la formación de sociedad implica contradicciones y conflictos entre las personas, los cuales se traducen en hechos violentos e inclusive originan la guerra.

Mi generación no ha vivido en paz, tampoco ha conocido la equidad, ni la democracia, ni la libertad, a veces eso me asusta porque pienso que en el ideario colectivo pudiera no existir un referente de estas condiciones, y lo que pudiera ser peor, nuestra sociedad pudiera llegar a la fatal creencia de pensar que eso no es posible.

Algunos sectores de la sociedad, con razón o sin ella, no confían en el actual proceso de paz, como tampoco han confiado los otros en el pasado, dando origen a un círculo vicioso. Los asiste la razón de buscar que no haya impunidad y que se conozca la verdad y haya reparación para las victimas. 

Este propósito es un factor común, un punto de encuentro. Sin embargo, tal vez es en este momento histórico en donde nuestra nación se encuentra más cerca de alcanzar la paz.

Aquí en el Tolima tenemos que vivir en paz, debemos lograr un acuerdo sobre la convivencia en sociedad, el fortalecimiento de la democracia local, la equitativa redistribución del ingreso público, y el respeto por la libertad. Cómo reclamar la paz para el Tolima si vivimos en medio de una democracia débil, inequitativa y corrupta. 

No hay duda que la paz es responsabilidad de todos, pero aun más de los dirigentes y políticos que el Tolima ha formado. Ya es hora que asumamos una posición por la paz. La paz y la guerra deben dejar de ser para muchos una noticia que publica algún medio de comunicación y convertirse en la más elevada aspiración del Tolimense.

La búsqueda de la paz debe superar el actual estadio de propuesta electoral y convertirse en un querer de todos, y buscarse sin disculpa alguna. Ya es hora que los tolimenses reclamemos para el Tolima un territorio en paz, en donde los violentos no tengan espacio, en donde la corrupción no tenga aliados, en donde los valores morales predominen. 

Credito
JAIME EDUARDO REYES

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